¿Porqué Cuenta Larga?

¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.

Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones

martes, 31 de mayo de 2022

Control de la agenda

Desde el 2018-2019 la presidencia ha monopolizado la agenda pública, casi sin excepciones. El tema de la violencia contra la Mujer, la inseguridad y la escasez de medicamentos, la situación de los médicos y unos pocos más, son temas que no han sido propuestos por la presidencia. Y esos temas no han sido puestos en la agenda por la oposición sino por la ciudadanía. Son asuntos que la oposición no ha recogido.

No puede hablarse de un abuso del Ejecutivo. Todo presidente tiene un puesto de primera fila en la comunicación a la ciudadanía. Ha sido la oposición quien no ha encontrado temas que proponer. Lo único que se les ocurre es atacar al presidente y su agenda con lo cual le hacen un gran favor. Como dicen algunos artistas y publicistas, “que hablen de mí, aunque sea mal”. Es claro que le hacen propaganda, hacen que se hable de sus ideas y muestran que Andrés Manuel está pensando en soluciones. Como sólo saben reaccionar, validan los epítetos de reaccionarios y conservadores que el Ejecutivo les endilga.

En el tema de la reforma electoral, después de la propuesta presidencial empezaron a surgir a posteriori planes de los partidos. Uno se pregunta: ¿por qué no habían puesto esos temas en la agenda desde antes? Tal parece que estuvieron esperando a que el presidente lo intentara poner a discusión, para ellos presentar sus propias ideas. Y hay un gran número de temas que podrían ser parte de la agenda y que la oposición estuvo esperando antes de presentarlas. Y que, claramente, todavía no han hecho una contrapropuesta interesante. Solamente han criticado lo propuesto por MORENA.  

Por ejemplo: no tienen propuestas para mejorar la recaudación fiscal, un tema fundamental que hace que todo Gobierno pueda tener los recursos suficientes para atender las necesidades de la ciudadanía. No dan soluciones para reducir la inflación: tal parece que sólo se les ocurre criticar el programa propuesto por MORENA, el PACIC. Se extrañan ideas para mejorar la seguridad: sólo se les oye criticar el tema de la Guardia Nacional, pero sin que haya una propuesta coherente que pudiera ser mejor que la idea de la 4T. Por no hablar del tema de la salud.

Bueno: claramente siempre será más fácil criticar que proponer soluciones. Y no quiero decir que no haya nada de criticable en las propuestas que este Gobierno está llevando a cabo. Pero, si realmente quiere la oposición capturar las mentes y los corazones de la mayoría de los votantes, tienen que crear propuestas atractivas que entusiasmen a la ciudadanía.

Es claro que esto no es sencillo. Requiere de una gran creatividad, pero también requiere de una gran cercanía con la ciudadanía. Claramente se requiere cambiar el concepto: de una narrativa negativa, basada en encontrar defectos y fallas al Gobierno actual, a una narrativa de innovación, de propuesta, Y claro, esto requiere también de una ciudadanía que deje de quejarse, de hacer chistes y de criticar, para dedicarse a proponer nuevas ideas. Cómo se dice en la técnica de las tormentas de ideas: “Si crees que una idea es mala, no la critiques: presenta una idea mejor”.

Seguramente a estas alturas usted estará pensando que yo estoy cayendo lo mismo que critico, y le doy la razón. Creo, sin embargo, que es necesario sacudir a la oposición que tenemos y hacerles ver que por ese camino no vamos a ningún lado. Creo que sería necesario hacer una amplia autocrítica de los gobiernos anteriores, reconociendo sus fallas y mostrando que ellos tienen posibilidad de crear ideas y propuestas diferentes. No pueden seguir creyendo que la ciudadanía desea regresar a los tiempos anteriores, de corrupción, ineficiencia, autoritarismo y muchos otros defectos más.

Sería también necesario crear organismos intermedios: centros de reflexión, Think Tanks como se dice en el inglés internacional. Reunir a especialistas en temas sociales, económicos y políticos, generalistas en temas sistémicos y de largo plazo. De los cuales sin duda hay abundante oferta de pensadores mexicanos, casi irremediablemente desorganizados. Luego habría que tener medios para difundir los resultados de estos organismos y proveer los fondos necesarios para sostenerlos. Y los fondos existen: los partidos políticos reciben cantidades importantes de dinero que muchas veces se desperdicia en pintas de bardas y los famosos pasacalles, que hacen poco más que aturdir al votante y contribuir a la contaminación visual y física de nuestro entorno.

Desgraciadamente, no se ve en nuestra oposición una intención sólida de poner remedio a este tremendo ayuno de ideas al que nos tiene sujetos la clase política. ¿Será acaso que necesitarán ver que no basta con que se vaya AMLO para que la población entusiastamente pida a los antiguos partidos que vuelvan al poder? ¿Qué se necesitará para que los votantes se convenzan de que los problemas que está atendiendo la 4 T, no necesariamente de la mejor manera, pero, finalmente atendiéndolos, pueden resolverse de mejor modo?  Mientras, los opositores (es un decir), no están proponiendo soluciones diferentes ni poniéndolas en práctica en los pocos gobiernos que todavía administran. A riesgo de aburrirlos, estimados lectores, creo que la solución está en los sin poder. Gente como usted y como yo.

Antonio Maza Pereda

viernes, 20 de mayo de 2022

Las universidades incómodas

 



Empiezo por decir que soy egresado de la UNAM. Le debo en muchos aspectos, no sólo el académico sino también en mi proceso de entender otras regiones del país y otras clases sociales con los que no había yo tenido contacto. En la UNAM aprendí de excelentes maestros, los que crearon las capacidades más importantes que necesitaba el país. Además, aprendí mucho y sigo aprendiendo de excelentes compañeros, con los que tengo una amistad de varias décadas y a los que tengo un agradecimiento que nunca será suficiente. Lo digo porque reconozco que no puedo ser imparcial cuando se trata de la UNAM. Así que le pido, estimable lectora o lector que lo tomen en cuenta al leer estas líneas.

No cabe duda de que, en este país, como en otros muchos, las universidades siempre tienen algo de incómodas. En parte porque cuestionan la así llamada “sabiduría popular”, en parte también por la real o aparente soberbia de profesores y académicos, que se perciben superiores a la mayoría de la población por otras razones.

En particular, en nuestro país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido tradicionalmente la universidad más incómoda para las autoridades de este país. Nacida de una confrontación fortísima entre el Gobierno y los profesores, así como los estudiantes de esta, su autonomía no fue el resultado de una concesión del sistema: le fue arrancada por la fuerza al Gobierno de la Revolución.

Desde entonces todos los gobiernos han tratado de influir o manipular de alguna manera a la UNAM. Los métodos han sido muy diversos: desde el reclutamiento de alumnos para participar en el partido en el poder, hasta los intentos de manipulación de la Junta de Gobierno y del Consejo universitario para imponer o al menos dar su anuencia al nombramiento de un rector. Muchos de los movimientos universitarios han tenido como objeto la destitución de algún rector o, en algunos casos, este ha sido el precio que han para tenido que pagar los rectores que no han podido resolver los problemas de los movimientos estudiantiles o que no han seguido los dictados de las autoridades.

El hecho es que La UNAM ha sido la proverbial “piedra en el zapato” para los gobernantes de este país. Sin embargo, éstos han tenido mucho cuidado no mostrar públicamente interés por controlar a la UNAM. Lo que no quiere decir que no lo hayan intentado, pero nunca de una manera abierta.

Esto ha cambiado con la 4T.  Muy al principio de esta administración hubo un diferendo importante entre el presidente de la República y el rector de la UNAM, porque este no acepto algunos criterios que esperaba el señor presidente que se incorporarán en la UNAM. En los últimos días, en cambio, ha habido un extrañamiento importante de Andrés Manuel hacia la UNAM. Le acusa de no tener suficiente conciencia social y de no haber colaborado de manera importante en la atención a la población en el caso del COVID-19. La UNAM responde en un documento citando las indicaciones de la Secretaría de Salud sobre la participación de los estudiantes en los hospitales. Indicaciones que fueron aceptadas por la UNAM, por diversas razones que expresa en ese mencionado documento.[1]

Cabría preguntar si otras universidades hicieron algo diferente. Que yo sepa, y estoy dispuesto a que me corrijan públicamente, todas las universidades siguieron las mismas indicaciones. También es cierto que la UNAM tuvo participación de otros modos, sobre todo en la Ciudad de México.

¿Será acaso que este extrañamiento a la UNAM se da en el ambiente de rechazo a la contratación de médicos cubanos? Porque el argumento es que no tenemos suficientes especialistas y que los egresados de las escuelas de Medicina no quieren ir a las zonas marginadas del país. Lo cual indicaría que no están siendo formados con una conciencia social. Y, como muestra, la mayor de las escuelas de Medicina, precisamente la Facultad de Medicina de la UNAM, es señalada como formadora de médicos faltos de conciencia social.

Creo que esta podría ser la razón, pero reconozco que no le veo fruto a este enfrentamiento. La UNAM y sus centenares de miles de egresados en todo el país, han mostrado su rechazo a esta acusación. Con lo cual, previsiblemente, la UNAM será cada vez más una molestia. ¿Hasta dónde llegará este diferendo? ¿Será que el propósito final, en una carambola de 3 bandas, el de reducir el ámbito de la autonomía a nuestra máxima casa de estudios? Espero que no. Todo país, y en particular este país, necesitamos una conciencia cívica. Necesitamos de universidades auténticamente autónomas. El sujetar a la UNAM al arbitrio de los grupos políticos en el poder, no presagia nada bueno.

 Antonio Maza Pereda



[1] https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2022_401.html

jueves, 12 de mayo de 2022

Plan anti-carestía

 En medio de este huracán de propuestas que hemos vivido en las últimas semanas, se propuso un Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC). La actual administración hizo un gran esfuerzo para negar que esto se trate de un control de precios y se habla de que es un programa voluntario en el que participarán Gobierno, productores y comercializadores. Sin presiones. Entre los objetivos del mencionado paquete está el de estabilizar los precios de 24 productos de la canasta básica, reducir o mantener los precios de los insumos necesarios para la producción y transporte de los productos alimentarios básicos, reducción de impuestos a las importaciones de alimentos y otras medidas similares.

Para algunos que nos tocaron vivir las temporadas de hiperinflación que sufrimos en los ochenta del siglo pasado, esto nos recuerda los acuerdos que estableció el presidente Miguel de la Madrid, fundamentalmente con las grandes cadenas de comercializadores,               quienes se comprometieron a no adquirir productos a precios inflados. Además del uso de una reserva de divisas que se fue construyendo a lo largo de la administración De la Madrid, con el propósito de poder detener la especulación cambiaria, y otras medidas más.

El acuerdo tuvo un éxito relativo, pero importante. En el primer año se logró bajar la inflación a 20% anual, cosa que hoy nos parecería impensable pero que fue un gran logro pensando que en el año anterior la inflación había rebasado el 100% anual. Mucho se dijo que el diseño del proyecto estuvo en manos de Carlos Salinas de Gortari y que contribuyó de manera importante para tener un gran prestigio, tanto al interior del partido gobernante como entre la iniciativa privada, lo que le permitió acceder a la presidencia de la República. O por lo menos hacerlo sin grandes dificultades, gracias a la magia de la caída del sistema.

En medio de la gran cantidad de iniciativas de la actual administración, el PACIC salió muy rápidamente de la agenda pública. Después de todo, los que más podrían haber protestado, que es el sector privado, no hizo mayor ruido. Al menos al nivel de los representantes de los empresarios, a excepción de las quejas de la COPARMEX.

Cuando uno entra a fondo en esta discusión se encuentra que hay dos posiciones ideológicas, incluso con tintes sentimentales. Hay quienes confían en la sabiduría y la bondad infinitas del Estado y consideran que es importante que la economía se maneje desde las oficinas del Gobierno. Con lo cual se garantizará, dicen ellos, la pulcritud en su manejo. La otra posición ideológica es que el Gobierno no tiene nada que hacer en la economía, y que en todo caso lo mejor es dejarla que funcione por sí sola. Con lo cual, de acuerdo con los clásicos de esta ideología, una mano invisible logrará la mayor prosperidad de las naciones.

Posturas ideológicas, que muchas veces chocan con la realidad: los países donde la economía se planifica centralmente, que son cada vez menos, no han logrado salir de su estancamiento económico o incluso de la pobreza. Como ha sido el caso las dictaduras de izquierda en África, el caso de Corea del norte y los ejemplos De Cuba, Venezuela y Nicaragua. para lo cual siempre hay explicaciones, pero pocos resultados concretos. Por otro lado, en países con gobiernos socialistas, cómo son los países escandinavos y algunos europeos, o como son los casos de China y Vietnam en las últimas décadas, los gobiernos permiten un grado importante de libertad a los negocios, y se han ocupado de crear condiciones de “un piso parejo” para toda clase de empresas. Su crecimiento económico ha sido notable. Socialistas, pero con instrumentos neoliberales. Desgraciadamente, ambas posiciones a favor o en contra de la intervención del Gobierno en la economía, están más basadas en dogmas ideológicos que en conceptos demostrables.

En algunos países se ha tomado una decisión política de apoyar fuertemente a la producción de alimentos, al sector agrícola y ganadero, mientras que otros han preferido impulsar la industrialización o basan su economía en servicios. Eso, obviamente, no ocurre sin dolores.

Un ejemplo anecdótico pero muy ilustrativo: en países como Japón, la población ha aceptado que muchos de los alimentos básicos sean caros. Por eso, la mayoría de los japoneses que regresan a su patria desde Estados Unidos, llevan a bordo en los aviones bolsas de arroz de varios kilos o paquetes de carne de res congelada. Y la razón es que los precios que se pueden obtener en Estados Unidos son sustancialmente más baratos que los que obtienen en su nación.

Otro caso interesante ocurre en Francia: la población ha aceptado que una parte interesante de los impuestos se gaste en subsidios para algunos sectores agropecuarios. Con lo cual, por ejemplo, la leche en polvo de origen francés es tan barata en los mercados mundiales, que han logrado hacer muy difícil la rentabilidad de los productores de leche en muchos países no desarrollados. Y en otro campo, la sociedad francesa está dispuesta a aceptar que el Gobierno adquiera grandes cantidades de vino para convertirlo en alcohol, y evitar que bajen los precios de los vinos franceses.

En todo caso, hay un problema real: en México los productos básicos han subido de precio. En el pasado el nacionalismo revolucionario que gobernó nuestro país, estableció precios de garantía, controles de precios, creó empresas como la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO), para adquirir alimentos a precios bajos en el mercado internacional. Todo ello con un éxito parcial y que además propició una gran corrupción. Estos son elementos que están en el mencionado PACIC. ¿Habrá alguna garantía de que no se repetirán las mismas adversidades?

Por otro lado, la oposición ha permanecido silenciosa en este campo, dando la impresión de que no tiene propuestas alternativas para este tema. Otros programas anteriores, como los programas para reducir el hambre en nuestro país, han sido visiblemente ineficaces. Si el problema es real, y creo que lo es, habría que encontrar la manera de que los productores del campo realmente tengan utilidades que les permitan una vida digna trabajando sus tierras. Porque, cómo están las cosas, este sector que forma un porcentaje menor de la población económicamente activa, seguirá siendo el que mayormente forme parte de la migración legal o ilegal.

Hace años conocí una iniciativa muy meritoria, por un fraile dominico radicado en Perú, que creó un sistema para llevar directamente o por lo menos con pocos intermediarios, productos del campo a las centrales de abasto. Algo que se está mencionando en estos momentos, como parte de este paquete. Tras de varios años de esfuerzo se dieron cuenta de que no basta con conocer la diferencia del precio del producto en el campo y en el mercado: también hay que conocer todos los costos adicionales qué tiene el llevar esos productos del campo hasta el consumidor. Los costos de la post cosecha, de la logística, el desperdicio natural que ocurre en el manejo, la fumigación de los productos, el almacenaje, el costo de mantener los inventarios desde el momento de la cosecha hasta el momento de la venta, nunca fueron tomados en cuenta. Y eso, por supuesto, no es gratis. Sí, algo se puede lograr entrando a esos procesos, pero los ahorros no son tan espectaculares como creen los que acusan de coyotes a los que llevan a cabo la logística y el almacenaje de productos perecederos.

Habiendo dicho todo esto, es necesario hacer estudios mucho más profundos para poder reducir de una manera permanente la carestía. No conformarse con reducir el costo de los insumos para producir alimentos: es necesario actuar en otros campos. Y en el mencionado PACIC no se menciona nada de los aspectos de investigación, capacitación, extensionismo agropecuario y otras áreas que deben llevar a que el productor del campo pueda ser exitoso. Sin olvidar el tema, resuelto muy a medias, del Ejido, de la pequeña propiedad y el de dar seguridad a las inversiones en el campo. Estoy convencido de que sobrarían expertos en nuestro país que podrían crear un programa mucho más robusto. Porque no se trata solamente de bajar los precios: se trata de mejorar las utilidades de los productores del campo para que puedan prosperar. Y si eso nos va a costar a la ciudadanía, es importante que tengamos claros esos costos, que se nos hagan conocer cuáles serán sus impactos y aceptemos que una situación que se ha venido deteriorando por siglos, no tendrá soluciones rápidas ni baratas.

 Antonio Maza Pereda

lunes, 2 de mayo de 2022

Plan educativo

 

La propuesta al principio de la semana pasada, fue la de una reforma en la educación básica. En el acelerado ritmo de propuestas de reformas, el tema fue rápidamente desplazado por la reforma electoral. Lo cual no quiere decir que la propuesta de reforma en la educación básica haya pasado totalmente desapercibida. Hubo reacciones, señaladamente un desplegado propiciado por Gilberto Guevara Niebla, uno de los líderes históricos de la izquierda, en el cual se recogían una cantidad importante de críticas a dicha propuesta. Algo particularmente curioso, que muestra que no existe una total homogeneidad en las posturas de la izquierda. Lo cual, por otro lado, no sólo es de esperarse, sino incluso es algo saludable. Nos hemos acostumbrado, desgraciadamente, a posiciones monolíticas de las fracciones políticas, muchas de ellas con la idea de que sólo se puede estar de acuerdo con ellos de una manera total y radical o, en caso de diferir en algo, fácilmente te conviertes en su enemigo o, llevándolo al extremo, en un traidor a la Patria.

Hay algo interesante en el tema de la educación. Difícilmente se encuentra a alguien que opine que la educación no es importante. Pero habiendo unanimidad en este aspecto, es claro que no todos tienen el mismo sentido de urgencia para la mejora de la educación. O sea que la educación probablemente será siempre un tema importante pero no urgente. De manera que con cierta facilidad se pospone. Hasta que el asunto se vuelve una crisis. Esto tiene que ver, por supuesto, con la naturaleza misma de la educación. Las consecuencias de una reforma educativa no se verán rápidamente, no importa el esfuerzo que se haga para ponerla en práctica. Los resultados de cualquier reforma en este campo normalmente se verán en el largo plazo: sí estamos haciendo reformas en la educación básica será muy difícil ver el efecto de los cambios antes de 5 o 6 años. Mientras que, si esta reforma se postpone un año o 2, los resultados no serán muy diferentes.

Habiendo dicho esto, sí vale la pena tratar de hacer el análisis de los resultados previsibles de lo que hoy se propone. Se habla de una reforma que no promueva los conceptos del neoliberalismo. Una que vaya en contra del egoísmo de la población. Se propone que el alumno ya no sea el centro de la educación, sino la comunidad. Sin que quede muy claro cómo se diseñarán los planes de estudio, en caso de que se trate de aplicar algún tipo de planeación, para el caso de comunidades que no son totalmente homogéneas. Y no queda claro quién tomará la decisión sobre cuál de las tendencias de la comunidad tendrá primacía.

Se insiste también en que los temas deberán cambiar: poner el énfasis en los usos y costumbres de las comunidades, sus festividades, su cultura, y menos esfuerzo en cosas abstractas como puedan ser la aritmética, la geometría, el lenguaje y otros temas que pudieran servir para que la gente se vuelva, de alguna manera, neoliberal. Otro concepto es eliminar evaluación de los alumnos sustituyéndola por una autoevaluación. Lo cual, si estamos hablando de educación básica, dejaría pendiente resolver el modo de acelerar la madurez de los educandos de 7 a 12 años para que puedan hacer una autoevaluación válida.

Llama particularmente la atención la idea de erradicar el egoísmo. Un anhelo secular de la humanidad, documentado desde la Grecia clásica, pero que seguramente estaba ya presente mucho antes. Ha sido el tema de casi todas las religiones y de una buena parte de los filósofos. Y después de milenios de estar tratando de cambiar el egoísmo de una buena parte de la población, los resultados siguen siendo muy escasos. ¿Será acaso que la 4T tiene una fórmula que la humanidad aún no ha descubierto y qué piensa aplicar en esta reforma?

Entre los que se han opuesto públicamente a esta reforma, varios han dicho que estos conceptos no se aplican en ningún país. Lo cual puede que sea cierto a nivel macro, pero se han venido aplicando en las normales rurales y en algunos sectores de la CENTE. Con el resultado de que, con cierta frecuencia, los egresados de las normales rurales llevan a cabo “movimientos sociales” exigiendo que se creen plazas para los egresados de sus escuelas. Y esto es porque muchos de los egresados de estas no encuentran empleo, debido a que las habilidades que han adquirido no son las que se requieren para el sistema educativo actual.

Quedan otros puntos pendientes. La propuesta de reforma es únicamente para la educación básica. No queda claro cómo se compaginará el tipo de preparación de los alumnos de educación básica con los requerimientos de la educación media y superior, que generalmente establecerán conocimientos, como los de ciencias, matemáticas o lenguaje que no se le estarán proporcionando a los alumnos de la educación básica. ¿Será necesario agregar al sistema educativo algunos años lectivos donde los que tengan la posibilidad de avanzar a otros niveles educativos? ¿Recibirán cursos remediales para poder incorporarse a la educación media y superior? De aplicarse a rajatabla esta propuesta, estaremos perpetuando la pobreza, porque la gran mayoría no podrá acceder a la educación media y superior.

Claramente hay mucho por discutir. Esto es mucho más que una ocurrencia: es un cambio que no se ha consultado con la población y que tiene un matiz más ideológico que técnico. Es importante discutir todos los otros temas de corto plazo, en particular el tema electoral, pero también es importante que no se olvide este asunto, que en este momento no es tan lucidor.

Antonio Maza Pereda