¿Porqué Cuenta Larga?

¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.

Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones

lunes, 24 de junio de 2024

Polarización o diversidad

 A tres semanas de concluido el proceso de elecciones generales, en México seguimos bajo presión. En cierto modo, parecería que seguimos en campaña, sujetos a una lógica de ataque y defensa de diferentes argumentos, como si los partidos todavía tuvieran que ser juzgados para obtener el voto.

Estamos recibiendo señales contradictorias. Aparentemente, una búsqueda de apaciguamiento, sobre todo con el sector privado y los grandes capitales.  Pero, por otro lado, continúa el ataque al bando perdedor. Como si ellos todavía pudieran revertir la situación. Parecería que todavía se necesita que los votantes avalen con su voto a quienes triunfaron.

Para efectos prácticos, la polarización continúa. Se sigue hablando de conservadores y liberales, de chairos y fifís, y se sigue tratando de ganar las mentes y los corazones de los votantes. Curiosamente, esto ha ocurrido mayormente entre la izquierda, tanto en su clase política como en sus adherentes. No tanto entre sus contrincantes: sus partidos está más enfocados a las acciones en los tribunales, pero sus partidarios siguen atacando a los triunfadores como si nada hubiese ocurrido.

Hay quien dice que esto está bien. Algunos, dicen que esto nos sirve para darnos cuenta de los problemas de gran parte de la sociedad. Si efectivamente eso fuera así, sería muy bueno. Polarizar por sí solo, sin embargo, no lo es. Lleva a la división. Hace ver las situaciones en blanco y negro. En la naturaleza, bajo ciertas condiciones, los polos iguales se rechazan. Y eso es lo que está ocurriendo. En lo social, cuando hay polarización, la opinión pública se divide en dos campos. Esto fortalece a las facciones extremas que ganan apoyo. Como consecuencia de la polarización, las voces moderadas pierden influencia.

Más que polarizar lo que necesitamos es tener la capacidad de aceptar, incluso darle la bienvenida a la diversidad de opiniones. Desarrollar la capacidad de poder ver puntos de vista diferentes, sin atacar o sentirnos atacados. Tener la posibilidad de entender que otros, que no opinan igual, no son nuestros enemigos.

Reconocer, e incluso abrazar, la diversidad, es entender que quienes opinan diferente que nosotros, no son necesariamente malvados. Tampoco es que todos sean bondadosos.  Es admitir la posibilidad de buena voluntad en todos los que opinan, hasta que se demuestre lo contrario. Puede darse por ignorancia, por defectos en su manera de razonar. Es aceptar la posibilidad de buena fe, sin ser ingenuos: también  pudiera haber mala fe. Pero no en todos los casos de aquellos que no aceptan nuestras opiniones. En general, los que opinan diferente, tienen razones. Es importante entenderlas y ver cómo se puede, sobre dichas diferencias, construir acuerdos.

 Tomemos como ejemplo el debate más destacado en este momento.  Mientras un bando opina que es necesaria una reforma para poder quitar o al menos limitar la corrupción del Poder Judicial, sus contrincantes ven esa propuesta como un modo de concentrar el poder de la presidencia, de manera que no existan contrapesos a su actividad. Y, curiosamente, la discusión no se centra en demostrar la intención de quitar contrapesos, ni tampoco en demostrar que el Poder Judicial es irremediablemente corrupto y que, únicamente, mediante el voto popular, se remediará esa corrupción.  La discusión importante debería ser: ¿cómo lograr quitar la corrupción protegiendo los contrapesos que, nuestra Constitución y los países democráticos, tienen para evitar la posibilidad de las dictaduras?

Por supuesto, eso es más difícil y requiere mayor estudio. Exige la cooperación de las mejores mentes del país para encontrar soluciones óptimas. Desde luego, este alegato se ha vuelto un diálogo de sordos. Aprovechando la mayoría calificada que espera obtener la 4T, se quiere legislar contra reloj, logrando el proceso completo de cambio constitucional en los primeros treinta días de la nueva legislatura. Sin “cambiar ni una coma”. Aunque no resulte muy claro cuáles son las ventajas de ese apresuramiento. Esta prisa podría ser el enemigo de una reflexión, que se ve necesaria.

Este caso es solamente un ejemplo. Un tema particularmente importante para la República, está siendo discutido, sin aceptar reconocer las diferentes motivaciones y necesidades de una sociedad que es muy diversa. Necesitamos, como ciudadanos, aceptar nuestra diversidad, reconocer que no siempre tenemos la razón y que el otro no siempre está equivocado. Que es posible que cada uno de los bandos tenga elementos valiosos en sus planteamientos y que hay que reconocerlos por el bien de la ciudadanía.

Antonio Maza Pereda

 

lunes, 17 de junio de 2024

Reacciones de la oposición

Como es de esperarse, tras las elecciones, la oposición pasa un tanto a segundo término y deja de ser noticia. Sin embargo, vale la pena entender un poquito: ¿qué está ocurriendo con esta oposición que ha sido derrotada? Hay pocas noticias; la mayoría son chismes.

Por ejemplo, el gritoneo a Xóchitl por parte del presidente del Partido Acción Nacional. El tema de los gobernadores de ese mismo partido que le piden a su presidente que renuncie. En el caso de la oposición, (es un decir), buena parte todavía sigue centrada en la búsqueda de culpables. Por supuesto, el culpable favorito es el actual presidente saliente. En fin, intentos de posicionarse de una manera diferente.

Pero no hay una idea clara de autocrítica, con la notable excepción del Partido de la Revolución Democrática, quien sí ha hecho una autocrítica amplia y pública. Los otros siguen tratando de encontrar justificaciones. Y para ello, lo ideal es encontrar culpables. “Nosotros no tenemos la culpa”, nos dicen. “Lo que pasa es que el piso no estaba parejo”, añaden. Y cosas por el estilo. De alguna manera, este modo de reaccionar ya estaba previsto.

El punto ahora, es decir: ¿qué hacer? No basta con encontrar culpables. Ahora hay que decir que sigue. Y eso se ha extrañado. Hay pocas ideas. Algo dijo Xóchitl Gálvez de crear un nuevo partido. Pero en términos generales, ha habido un silencio, una ausencia. ¿Cuál sería la idea? Da la impresión de que algunos creen que hay que esperar dos años o cinco años para reconstruir la oposición. Hay quien habla de resistencia.  Mientras, dedicarse sobre todo a actividades con los tribunales, para tratar de echar para atrás las elecciones. Lo cual es algo aceptable. Es importante hacer todo eso. Pero se extraña, realmente, una propuesta. Hay, al parecer, una idea de crear nuevas narrativas. Pero no pasa de eso: es como un título. ¿Se requieren nuevas narrativas? Sí, señora. Sí, señor. ¿Y cómo? Eso es lo que no tenemos claro.

Se habla también de la refundación de los partidos. Y creo que ninguno se salva. Sobre todo, aquellos que perdieron. Sin embargo, no quiere decir que los partidos triunfadores o el propio Movimiento Ciudadano no requieran algún cambio de este estilo. Pero es muy importante tener un buen diagnóstico. Tal como están las cosas, todavía no lo tenemos. No hay claridad de qué fue lo que pasó. Se oyen cosas tan raras o tan poco prácticas como los que piensan que, con cambiar el nombre de los partidos, ya lograron un cambio. Lo cual, básicamente, es risible. No es algo que verdaderamente funcione.

Después de seis años de una crítica tremenda, contra el gobierno actual, al parecer, lo único que se les ocurre es seguir criticando. Hay quien decía que una definición de locura es hacer las cosas del mismo modo y esperar resultados diferentes. No sé si esto sea cierto o no, pero lo que sí vemos, por lo menos en estos primeros días después de las elecciones, es que los opositores siguen en la misma tónica. Proponen seguir acusando, criticando.  Tal vez con la idea, que es una falacia, de que si demuestro que López Obrador o la 4T o la actual señora presidenta están equivocados, quiere decir que la oposición está bien. Y piensan, además, que el electorado así lo va a aceptar. Lo cual también es verdaderamente difícil de creer.

 No bastaron seis años de crítica e insultos, que muchos reconocen que nunca se había dado de una manera tan fuerte. Y que no funcionó. No es justificación decir que la 4T hizo lo mismo. Se necesitan otras cosas. Necesitamos reducir la polarización. Y, francamente, no resulta claro por qué el seguir criticando tan ferozmente a sus contrincantes, les va a funcionar. Da la impresión de que no se les ocurre nada nuevo. Y piensan que, al seguir insultando y criticando a sus contrincantes, más pronto o más tarde, la gente se va a volver de su bando. Como que, por pura vergüenza, les van a hacer ganar. Y realmente no basta con demostrar que los otros están mal.

Piensan, tal vez, que con más regaños al electorado, van a lograr un cambio. Y esto es muy dudoso. Necesitamos nuevas ideas. Nuevos modos de presentar las cosas. Nuevos temas. Pero el público no tiene una respuesta. Hace falta que ya no sea simplemente decir lo mismo.  Hay que pensar en diagnósticos de asuntos que no han sido tratados, que han sido dejados de lado, para poder realmente ofrecer ideas nuevas.  Se ha propuesto la idea de resistencia, lo que tiene connotaciones interesantes.  Acciones de mediano y largo plazo, con la participación de la sociedad civil, sin darle el protagonismo a los partidos perdedores. Faltaría establecer quién diseñaría y organizaría ese esfuerzo.

Posiblemente, tendríamos que aceptar, como ciudadanos sin partido, que queremos otro modo de hacer política, pero que no sabemos qué hacer. Que, probablemente, ese es el principio de la sabiduría: reconocer que no tenemos las soluciones. Una vez aceptado esto, discutir, debatir, sugerir nuevas ideas, desarrollar nuevos programas y nuevas narrativas. Y con prisa, que esto no es algo que pueda improvisarse.

 Antonio Maza Pereda

domingo, 9 de junio de 2024

Los grandes asuntos

 Una vez que terminemos esta época de discusiones y demandas en los tribunales electorales, valdría la pena analizar algunos conceptos que, en mi opinión, se quedaron pendientes, tanto en las discusiones, en los debates, como en la mercadotecnia política de los partidos. Cuestiones a las que podríamos llamarles las grandes materias, los temas nacionales, que requieren de un trabajo muy complejo. Son diferentes de lo que se ha presentado en los planes de gobierno, que normalmente se tratan de puntos tácticos. Se trata de asuntos de largo plazo, de muy largo plazo, más allá de sexenios. Algunos de ellos, tal vez, ocupando casi una generación.

Que, por otra parte, no depende nada más del gobierno, sino que tienen mucho que ver con la colaboración, el manejo que hace la población, los ciudadanos. Materias que, por regla general, no son muy apetecibles para los políticos por varias razones. Una de ellas es porque el plazo es muy largo y, a los partidos les interesa, normalmente, mostrar resultados dentro de un sexenio, en su periodo de gobierno.

Y, por otro lado, porque se requiere participación muy completa de la ciudadanía, lo que tiende a despartidizar esos temas y, por lo tanto, tampoco se pueden presentar como los grandes resultados de esos grupos. Esa es la dificultad. Desgraciadamente, muchos de ellos se han quedado pendientes. 

Se podría decir que algunas de estas cuestiones son las siguientes, no necesariamente en este orden: 

Educación: El punto donde estamos dando resultados bastante malos. Tenemos el lugar más bajo en los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Estar en último lugar en ese grupo quiere decir que no estamos al nivel de nuestros socios comerciales, de aquellos con quienes necesitamos estar compitiendo y colaborando frecuentemente. Y habrá países que, sin estar dentro de la OCDE, tienen mejores resultados que nosotros en este punto.

Un objetivo de muy largo plazo. Si consideramos la enseñanza preescolar, primaria, media, media superior y licenciatura, los niños que inicien preescolar en el 2024, se estarán graduando de licenciatura en el 2043. Y si se empieza desde ahora a mejorar la enseñanza, para entonces tendremos los primeros graduados de alto nivel, como los que requerirá la economía mundial. Claro que podremos avanzar más rápidamente, mediante una verdadera cruzada de educación remedial. El tema es donde encontrar suficientes profesores para ese propósito. Probablemente, habría que recontratar una cantidad importante de profesores jubilados. Considerando, además, la necesidad de motivación masiva para los educandos y el apoyo de los padres de familia. Algo que se ha descuidado por décadas y que requiere de un apoyo nacional, tanto de los padres de familia como los profesores, para poder ponernos al día en este tema.

 

Estado de derecho: Otro cambio de cultura, sobre todo, en el aspecto jurídico, donde normalmente los mexicanos somos bastante ignorantes. Tal vez porque no sentimos que las leyes reflejan nuestras costumbres ni anhelos. Porque no nos ha interesado saber cómo se manejan estas cosas. Y de ahí la impunidad. Algo que se discute mucho, que se habla, pero que, de fondo, no tiene cambios. En buena parte porque a la población no le interesa o no le afecta de una manera tan directa. Y, claro, no es que no se trabaje creando nuevas leyes y mayores penalidades. Pero sin que se invierta en reducir la ilegalidad.

Tenemos una tasa enorme de impunidad: hay quienes dicen que solo el 1 % de los crímenes cometidos, verdaderamente se castigan. Lo cual, a su vez, es algo de dudar. Si, por definición: no hay demandas penales, malamente se pueden tener estadísticas de cuánto se sanciona.

La generación y distribución de riqueza. Un tema que se ha manoseado mucho, en buena parte por razones ideológicas. Hay ideas preconcebidas sobre si la riqueza es buena o es mala, y cómo lograr su distribución, no solo equitativa sino, además, que no dañe la creación de riqueza. Pero, algunos dicen: si se genera riqueza, hay necesidad de concentrarla en unas cuantas manos. Mientras que otros opinan que, para realmente poder tener una distribución justa de la riqueza, se deben tener empresas no lucrativas o estatales, aunque no compitan internacionalmente.

Y no son los únicos temas. Regresar a la enseñanza del civismo, como una base de la salud de la sociedad. Enfrentar el cambio climático, donde no estamos cumpliendo con nuestros compromisos con la comunidad mundial. El gravísimo punto del manejo del agua, reconociendo que somos un país de clima semiárido, que requerimos tener cambios tecnológicos y culturales para aprender a vivir con un mínimo desperdicio de este recurso, sin contar con que se requerirán décadas para remediar el desperdicio por fugas que, algunos dicen, es del 50 % del líquido que llega a las poblaciones. Además, considerando que buena parte, mucha agua no está en condiciones potables.

Lo central es que estos asuntos rebasan las capacidades de los gobiernos. Se requiere un fuerte empuje de la sociedad, la creación de sociedades intermedias y lograr una cooperación eficaz entre conciudadanos. Que no todo puede, ni debe, estar en manos de los gobiernos.

Antonio Maza Pereda

lunes, 3 de junio de 2024

Resultados electorales 2024

 Después de casi dos años de no campaña, primero, precampaña, después y finalmente campaña, llegamos a los resultados de un proceso verdaderamente largo y enfadoso en nuestras elecciones 2024.  Con resultados mixtos: tristes para algunos, alegres para otros. Resultados cuestionables y también algunos incuestionables. Vale la pena hacer un buen balance de lo que hemos encontrado en estos tiempos electorales.

 Hay buenos resultados, sin duda. Una participación ciudadana ejemplar en los comicios. Una asistencia festiva, abundante, contra condiciones complejas, de miedo, de clima, de dificultades logísticas. La ciudadanía estuvo presente y estuvieron hasta el último momento. También, tal vez en un nivel más complicado, una participación en debate, en discusión, una aportación donde pequeños grupos se reunían, gracias a la tecnología, a discutir temas de política, de propuestas, de personalidades.

 A veces para cuestionarse, a veces incluso para molestarse. Pero este debate, este intercambio de opiniones, es algo fundamental. Si no tenemos este tipo de interacción, difícilmente vamos a progresar en política. Y esto que ocurrió muchas veces a niveles particulares, en grupos pequeños, se dio también en manifestaciones multitudinarias, poco usuales, que parecerían el monopolio de los partidos y que, sin embargo, se dieron y funcionaron bastante bien.

 Esto es importante. Tenemos que cultivar y proteger ese tipo de interacción. Que no sea por desánimo que se deje de hablar de política. Que no sea porque los resultados no eran los esperados, que dejemos de estar tratando el tema. Porque esa es la base real, verdaderamente, de la acción ciudadana: una buena participación. Esos pequeños grupos, a veces muy interesantes desde el punto de vista de conocimiento, de experiencias compartidas, de opiniones muy de tomar en cuenta, es algo fundamental.

Por el contrario, sí hay un saldo triste. Donde tal vez lo que destaca es el enfrentamiento entre la ciudadanía. Una división provocada, una que es el resultado de una siembra de odio, y que también dio como resultado distintas manifestaciones de violencia. Algunas llegando hasta los asesinatos, otras en cantidades importantes, como amenazas que hicieron que varios posibles candidatos se retiraran por temor. Y en pequeñas poblaciones, en lugares apartados, la violencia fue lo que hizo que muchas veces ya no se votara.

Y esto se dio curiosamente en todos los partidos. Porque no fue, como tal vez sería de esperar, que la violencia fuera solo dirigida contra los contrincantes de la 4T. Porque se decía que, gracias a que la 4T ha decretado una política de abrazos y no balazos, los beneficiados por esta política serían los que atacarían a los opositores de la 4T. La verdad es que fue prácticamente igual el uso de la violencia. Lo cual nos dice también algo: la unidad en los partidos políticos no necesariamente es monolítica. No todos opinan de la misma manera. Y la división hacia afuera se da también internamente.

Un saldo que seguramente dará mucho que hablar próximamente en estos días en que se esté calificando la elección es el hecho de que, en las redes sociales, abundan las discusiones y las denuncias de que el famoso PREP, el programa de resultados preliminares, ya estaba dando resultados de casillas que todavía no habían terminado de hacer su conteo y que no habían entregado sus resultados al INE. Lo cual claramente ha sido interpretado por una gran cantidad de ciudadanos como un fraude electoral. Y están inundando ya las redes sociales con fotos de los resultados en las casillas y la comparación con lo que publicó el PREP. Esto es algo sumamente delicado, porque todo el resultado de un buen trabajo electoral se puede venir abajo precisamente por esto.

Por otro lado, también tenemos algo interesante, algo que no se había dado. Y que a mí me parece sumamente importante. Los ganadores, y en particular la ganadora de la presidencia nacional, hizo un llamado y un ofrecimiento de concordia, entre todos los mexicanos. Algo extraordinario. Que no habíamos escuchado y que claramente necesitamos. No podemos simplemente seguir en el constante ataque a los perdedores y en el regodeo de los triunfadores.

Tras un proceso tan largo de confrontación, se necesita sanar a la Sociedad. Lograr que triunfadores y vencidos puedan colaborar por el bien de la nación. No podemos seguir en permanente confrontación cuando nos encontramos con retos importantes de muy diversos tipos y que debemos de enfrentar urgentemente. Solo por mencionar algunos: el gran problema del calentamiento global. El crecimiento acelerado de la tecnología, qué requiere que desarrollemos rápidamente habilidades que no tenemos, para no quedarnos rezagados. La necesidad de desarrollar capacidades que nos permitan aprovechar las oportunidades de relocalización de empresas, que podrían generar nuevos empleos y bien pagados, que necesitamos con urgencia.

 No estamos en el fin del proceso electoral. Posiblemente, solo estamos terminando su primera fase. Es importante que quede bien resuelta, para el bien de todos.

Antonio Maza Pereda