¿Porqué Cuenta Larga?

¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.

Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones

lunes, 26 de agosto de 2024

Gestiones internacionales, inútiles

 El caso de Venezuela nos demuestra cómo la intervención de organismos internacionales para tratar de proteger la democracia en un país es muy poco eficaz. 

Efectivamente, hay muchos que confían en que esos organismos o las asociaciones mundiales pueden participar para evitar un fraude electoral totalmente obvio, como es el que está ocurriendo en Venezuela y que fue legalizado en los días pasados por un organismo dependiente totalmente de ese gobierno. El fraude se da pese a que ha habido declaraciones internacionales, diciendo que no se pueden aceptar los resultados que están validando al señor Maduro.  

Las declaraciones de organismos internacionales han sido totalmente inútiles.  La Organización de los Estados Americanos (OEA), ha rechazado aceptar como verdaderos estos resultados. También ha habido declaraciones casi unánimes de la Unión Europea diciendo que, en Venezuela, se está atropellando la democracia. Se tiene el reconocimiento oficial del gobierno de Estados Unidos al candidato opositor, Edmundo González Urrutia, como el presidente legítimo. Y varios organismos de Naciones Unidas hablan en el mismo sentido.  

¿Y cuáles son los resultados? Prácticamente ninguno. Apoyado en el ejército y un control sin contrapesos de la política del país, el señor Nicolás Maduro está imponiendo su opinión. Rechaza totalmente estas opiniones. Y, por otro lado, un grupo de gobiernos de izquierda, entre los cuales están México, Brasil y Colombia, rechazaron la actuación del señor Maduro y están proponiendo una serie de opciones. Y nos encontramos con que, con total desprecio, Maduro ha rechazado su intervención.  

Aparentemente, todas las acciones han sido inútiles. Queda, por supuesto, la posibilidad de una intervención militar como las que hubo en el pasado en Honduras y en Panamá, para tratar de quitar a presidentes que estaban trabajando de acuerdo con los narcotraficantes. Mientras tanto, Maduro sigue firme en el poder y, además, amenazando con meter a la cárcel a más opositores, como lo ha hecho los días anteriores.  

¿Por qué es importante este análisis? Porque nuestro gobierno busca eliminar los posibles contrapesos que pueda tener para imponer su posición a la sociedad, ignorando los derechos de las minorías.  No tener contrapesos le da la facilidad para desconocer otras opiniones. 

¿Cuáles son las lecciones para México? Escucha uno a ciertos sectores que tienen una gran confianza en estos apoyos internacionales. Se escucha a quienes dicen que los Estados Unidos no permitirán que haya una dictadura socialista en sus fronteras. Tampoco podrán evitarse las sanciones que puedan poner Naciones Unidas o la Organización de Estados Americanos, aseguran. Y la prueba de que esas gestiones son inútiles, se ve en muchos lados, no solo en el caso de Venezuela.  

Rusia invadió, impunemente, a Ucrania, por lo menos hasta ahora. Y recibió toda clase de sanciones, desconocimientos y críticas de la mayoría de los países del mundo. ¿Y cuál ha sido el resultado? Ha sido totalmente inútil. Han absorbido las sanciones económicas, y la mala imagen internacional les ha importado muy poco. Se podría concluir que la fuerza que tienen esos organismos internacionales no va más allá de la fuerza bruta. Es lo que está ocurriendo en el caso de Ucrania, donde se está sosteniendo el armamento y abastecimiento del ejército de ese país. O sea que la única solución posible es recurrir a la fuerza armada. 

Hay que tener muy claro que nos podemos enfrentar una situación similar a la de Venezuela con facilidad. Sobre todo, cuando la ley no tiene fuerza, porque el gobernante, que es el comandante supremo de las fuerzas armadas, puede ignorar impunemente cualquier tipo de actuación internacional, con la excepción del recurso a la guerra.  

La única solución, desgraciadamente, es de muy largo plazo: una sólida cultura democrática y el imperio de la ley. La solución está en leyes reconocidas y respetadas casi unánimemente por la población. Es muy difícil encontrar que, salvo casos de intervenciones armadas como las guerras mundiales, se haya logrado quitar a un gobierno que insiste en ignorar la ley.  

El respeto de la dignidad humana es el fundamento de las leyes. Y si no tenemos esto en nuestra sociedad, la única solución es construir el imperio de la ley desde las raíces. Instaurar el respeto por la dignidad humana de manera intachable. Un proceso lento y difícil, que probablemente tome décadas. Razón de más para empezar de inmediato. 

Esa es la situación con la que nos encontramos en este momento en nuestro país. ¿Qué todavía estamos a tiempo? Probablemente, sí. Una proporción importante de la población todavía respeta los conceptos fundamentales de la legalidad. Y exigen la democracia. Aunque hay muchos que creen que la democracia solamente se mide por el número de votos que ha logrado un partido. 


Antonio Maza Pereda 

 

lunes, 19 de agosto de 2024

Las odiadas ONG’s

 El debate sobre los cambios a la Constitución mexicana se ha cargado en un aspecto en particular, que es el del rediseño del sistema judicial. Un punto muy importante, pero parece que los otros temas que están puestos a discusión no se están atendiendo. 

 Recientemente, algunos de los afectados hablan de la desconfianza que hay sobre el manejo que se propone para las organizaciones no gubernamentales (ONG’s) y en general para las organizaciones de la sociedad civil. Es claro que estas organizaciones forman parte del esquema de contrapesos que la Sociedad quiere tener en cualquier sistema democrático. 

Esto tiene, como raíz, la desconfianza, una sana desconfianza, de la sociedad civil frente a los excesos que pudieran llegar a tener los gobiernos, aun aquellos que hayan sido elegidos democráticamente.  

Y esta desconfianza es respondida en los mismos términos por parte del gobierno, que no confía en la sociedad civil, aunque muchas veces, de dientes para afuera, diga que está para servirla.  Las organizaciones no gubernamentales no agotan el concepto de la sociedad civil. Hay quien habla del tercer sector, donde el primero sería el gobierno, el segundo las organizaciones lucrativas, y el tercer sector, serían precisamente las organizaciones no gubernamentales. 

 Lo que pretende remediar en las modificaciones a la Constitución, nace de esa desconfianza. Efectivamente se han llegado a dar abusos. Organizaciones no gubernamentales y organismos de la sociedad civil se han prestado, a veces, para evasión de impuestos, o para para adoctrinar a la población. Y, por otra parte, se les puede llegar a acusar de que ignoran las necesidades y los derechos de las mayorías o de las minorías. De modo que, efectivamente, hay algo que atender.  

La sociedad civil necesita disponer de algún contrapeso. No puede firmar un cheque en blanco a los gobiernos, aunque hayan sido elegidos democráticamente. Y es necesario reglamentar estos conceptos de las organizaciones no gubernamentales. La gran pregunta es: ¿hasta dónde? 

Es claro que, para los ciudadanos, resulta que los gobiernos tienden a buscar un mayor control sobre la Sociedad. Y esto se da en todos los tipos de gobierno, incluso los más democráticos. Pero se encuentran con mayor fuerza cuando se trata de gobiernos izquierdistas o populistas que buscan controlar y manipular a la Sociedad de manera que siempre acepten sus criterios. Pero pocos se salvan. Los gobiernos tienden a centralizar el poder y toman medidas para que esto se logre. Entre otras, evitar la existencia de los contrapesos a su acción.  

En cuanto a las ONGs, hay una complicación adicional: la gran cantidad de ONGs globales, las cuales generalmente han sido vistas como banderas de las izquierdas, aunque no necesariamente sea el único caso. Estas ONGs globales, muchas veces son acusadas de que tratan de imponer criterios ajenos a los que tienen las sociedades sobre las que tratan de influir. Muchas veces, las derechas tienen una gran desconfianza por las ONGs globales. Las que perciben como ajenas a sus planteamientos y como un mecanismo de adoctrinamiento. La ONU, ha sido muchas veces acusada precisamente por estas derechas, como un mecanismo que trata de crear un gobierno mundial donde ignorarían los derechos y las costumbres de las naciones. Como un intento de globalizar las culturas, ignorando las necesidades y las características de cada sociedad. 

 Por tanto, han sido atacadas por las derechas, por actividades anti-natalidad o en pro del aborto y de la eutanasia. Existe desconfianza y una intención importante de limitar o incluso destruir organismos internacionales. Por ejemplo, el caso de la Comunidad Económica Europea, que está bajo ataque de grupos de extrema derecha e incluso en algunos casos, sin un tinte ideológico, como fue el caso del famoso Brexit que sacó al Reino Unido de la Gran Bretaña de la Comunidad Europea.  

El gran tema es: ¿cómo podemos tener un balance sano, entre la libertad que debe darse a las organizaciones de la sociedad civil, quienes tienen todo el derecho de organizarse sin intervención del gobierno, y al mismo tiempo tener un mínimo de control que evite los abusos, y que permita a la Sociedad y sus organizaciones defenderse ante los tribunales de ataques que puedan tener por los gobiernos?  

Y, por supuesto, es un tema que va muy relacionado con el asunto de lo judicial, porque si se cancela o se limita severamente el derecho al amparo o si se da la elección de los jueces a los partidos, entonces nos podríamos encontrar con que los ataques que se le hagan a las ONGs formarán parte de la Constitución y serían, por lo tanto, inatacables. Necesitamos un buen balance, un modo que permita a estas organizaciones seguir haciendo su función. 

Antonio Maza Pereda