Sin embargo, pese a lo difundido de las celebraciones, no hay duda de que es un concepto que a veces se nos escapa. ¿Qué es Patria? Con alguna frecuencia pensamos: ¿qué es lo que celebramos? ¿Qué significa ser patriota? ¿A qué le llamamos patriotismo? ¿Consideramos como parte de la patria a todos nuestros conciudadanos? En ocasiones, nos parece que únicamente las Fuerzas Armadas y los niños de las escuelas primarias deliberadamente veneran los símbolos patrios. Para el resto de la población, estos símbolos sólo sirven como un adorno para festividades que marcan el otoño, parecidas a otras de muchas culturas que marcan el final de las cosechas.
Porque ser patriota no significa únicamente celebrar las festividades de este mes u otras como el 5 de mayo, el 5 de febrero y similares. Tampoco significa únicamente respetar y rendir honores a los símbolos patrios, a la bandera, a sus colores, al escudo nacional. Cada vez es menos frecuente el que se rindan honores a la bandera, con la excepción ya mencionada de los niños de la primaria, las Fuerzas Armadas, los honores a funcionarios de alto rango y otros similares. Algo parecido ocurre con el himno nacional. Todavía no hace mucho tiempo, cuando en algún lugar público sonaba el himno nacional, por ejemplo, en las estaciones de autobuses o en los puertos aéreos, una parte importante de los presentes se ponían de pie, guardaban silencio y algunos hacían el saludo civil a la bandera. Algo que ya no ocurre. Sí, algunos conservan estos honores. Por ejemplo, la última vez que estuve invitado a una reunión en la Coparmex, hubo una sencilla ceremonia de honores a la bandera. Y no sé si sigue ocurriendo, pero ya en aquella época era algo raro de ver.
Pero estos no son más que síntomas. Los símbolos patrios son eso: símbolos. Lo importante es lo que representan. Representan la tierra de nuestros ancestros, pero también la nación que algunos escogieron para vivir, y que muchas veces son tanto o más patriotas que los que tienen un largo historial de antepasados en nuestro país. Y eso, a pesar de que muchos han sufrido discriminación, como los mexicanos de origen judío y hasta genocidio, como el que sufrieron los mexicanos de origen chino al principio del siglo XX, en varios estados del norte de nuestro país.
En muchos casos, los regímenes dictatoriales canalizan y procuran el odio y el descontento hacia las minorías, con el fácil recurso de acusarlos de antipatriotas. Como cuando se dice que los que tienen cierto tipo de ideología son forzosamente antipatriotas. Como cuando se acusa de antipatriotas a los neoliberales o, como ocurre en Cuba, cuando se acusa de antipatriotas a los que no aceptan a su régimen dictatorial. A veces, incluso se acusa de antipatriotas hasta a las diferentes etnias que sobreviven en este país. Que a veces es todo lo contrario: Hace ya muchos años, cuando el levantamiento Zapatista en Chiapas, muchos vimos la imagen de la comandante Ramona, llevando en sus brazos con cariño y respeto la bandera nacional. Y yo me cuestionaba cuantos de los que nos decimos patriotas tratamos con esa ternura el símbolo de nuestra patria.
“La Patria es primero”, es la frase que resume el concepto de patriotismo. Pero hay que ir más allá del símbolo. Ser patriota no significa solo un concepto hermoso, pero abstracto. Tiene que llegar a lo concreto. A un modo de ser, respeto y cariño a los símbolos patrios, a “sus volcanes, a sus praderas y flores”, como dice esa bella nación México lindo y querido. Un respeto y cariño a todos los mexicanos por el solo hecho de serlo, un buscar paz y concordia, aborrecer la división y la discriminación. Rechazar la siembra de odio entre los mexicanos, porque también hay que reconocer que, tal vez sin querer, no hemos dado cariño y respeto a nuestros compatriotas. Ojalá que, al iniciar el tercer centenario de vida independiente de nuestra Patria, hagamos más vigente y fuerte nuestro patriotismo.
Antonio Maza Pereda
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