Sin duda el gran tema político del 2022 será la revocación de mandato, que se pondrá a votación el próximo año. Claro, salvo que ocurra algo realmente extraordinario, cómo podría ser un recrudecimiento de la pandemia o algún otro asunto igualmente impactante. Pero, salvo algo realmente fuera de lo ordinario, deberíamos de aceptar el hecho de que la votación sobre la revocación del mandato se llevará a cabo.
Encuentra uno a ciertos sectores de la oposición que se oponen a esta votación; incluso que están llamando a boicotearla. Lo cual no deja de tener algo de raro. Si realmente los políticos opositores estuvieran totalmente ciertos de que sus pronunciamientos están haciendo eco en la mayoría de la población, seguramente estarían impulsando con todas sus fuerzas esta revocación de mandato. Pero no es así: están apostando a que la votación sea tan pequeña que cualquier resultado que se obtenga no será vinculante. Buscan que sea irrelevante.
Tal parece que la jugada es evitar las consultas ciudadanas, que sin duda nos dan la posibilidad de tomar decisiones fuera de la estructura tradicional de los partidos y devolverles el poder a los simples ciudadanos, a los “sin poder” como lo describía Vaclav Havel.
Curiosamente, y en contra de lo que se creería la intención de la actual administración, tal parece que la 4T está jugando mañosamente a dar la apariencia de que quiere la votación sobre la revocación de mandato y que el resultado sería a su favor. Pero, en la práctica, están poniendo todas las condiciones para que la participación ciudadana sea la menor posible. Por ejemplo, reduciendo el presupuesto al Instituto Nacional Electoral, para que no haya manera de que se lleve a cabo la mencionada consulta, no pudiendo instalar todas las casillas necesarias y que no haya recursos suficientes para promover de una manera amplia una nutrida participación.
Opino que hay que participar. Qué debemos de hacer todo lo necesario para influir en la medida de nuestras capacidades, para que todos nuestros conciudadanos formen parte de esta consulta. Necesitamos fortalecer la capacidad ciudadana y ampliar la participación, la discusión de los asuntos políticos. Nada bueno nos puede traer la abstención ciudadana.
Si la oposición tiene certeza de las campañas que han estado organizando contra administración de Andrés Manuel están funcionando, no resulta congruente que estén operando para que la participación sea la mínima y los resultados no sean vinculantes. Claramente, la imagen que están dando a la ciudadanía, es que ni siquiera ellos mismos se creen sus propios argumentos y mucho menos creen que estén convenciendo a la ciudadanía. sobre todo, a las clases sociales mayoritarias.
Por otro lado, los adherentes a las 4T deberían estar aprovechando la oportunidad para hacer de esta consulta ciudadana un plebiscito a favor del presidente López Obrador. Si de veras creen que la ciudadanía está con ellos, si tienen la certeza de que verdaderamente están favoreciendo a la población y sobre todo a las clases mayoritarias en los aspectos socio económicos, debería estar ocurriendo que en este momento todos estuvieran organizando una gran campaña, de manera que asegure la expresión de las mayorías que, constantemente, nos están diciendo que están a su favor.
Porque es claro que ellos no tienen esa certeza: saben que ellos no ganaron en el 2018, que lo que ocurrió fue que la oposición perdió. Que la agrupación de tres corrientes políticas no fue suficiente para detener el empuje de Andrés Manuel. Y por más que las encuestas avalen que la mayoría de la población sigue estando con el presidente, se ve con claridad que no quieren tomarse el riesgo de que vuelva a ocurrir lo que pasó en el año 2021, en donde perdieron la mayoría calificada que ahora solamente pueden mantener a través de las alianzas, cada vez más costosas, que sus aliados les están imponiendo.
Ante esta clase política de todos los signos que está actuando para conservar su imagen, los ciudadanos sin partido, la inmensa mayoría de la población, deberíamos estar enfocando nuestros esfuerzos en una de las consultas ciudadanas más importantes de los últimos tiempos. Y me atrevo a decir que lo menos importante es cuál será el resultado. Porque si esto sigue como hasta ahora, el único es posible es que siga López Obrador, porque no importa cuál sea el resultado de esta consulta, no será vinculante. Por cuanto la actual administración seguiría igual, gane o pierda. Y en los hechos se perderá el fortalecimiento de un sistema tan necesario como lo es la consulta ciudadana. Una consulta que, por supuesto, deberá de reunir todos los requisitos de credibilidad que hemos tenido en los últimos años y que impidió que los contrarios al actual presidente pudieran torcer los resultados que lo pusieron en el puesto.
Al final todo se reduce a resolver la pregunta más importante que la ciudadanía debe resolver: ¿queremos auténtica democracia, una democracia sin adjetivos, una democracia inobjetable o queremos seguir haciendo como que tenemos democracia y conformarnos con dar una imagen relativamente presentable a la comunidad internacional? Ese es el gran tema de la consulta ciudadana y es el que a todos debería importarnos.
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