Un espacio para reflexionar sobre las consecuencias de largo plazo de las decisiones de las administraciones públicas, privadas y sociales. Su enfoque es mayormente estratégico, y su método es el de las proyecciones de tipo cualitativo, con los criterios de la creación de escenarios. Su ambición es la de ir más allá de la exposición y ser un espacio libre de discusión de los interesados en este tema.
¿Porqué Cuenta Larga?
¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.
Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones
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domingo, 14 de septiembre de 2025
Desesperanza
Algo que no es nuevo, pero que ha aumentado recientemente, es el uso de la desesperanza como una arma política. Hay quienes buscan manipular las emociones de la población, dividir a la Sociedad para evitar que pueda unirse de una manera efectiva contra acciones que rechaza. Quieren crear desconfianza y división entre los oponentes o entre los adeptos al gobernante.
Como táctica se usa la victimización para manipular el modo de sentir del ciudadano, buscando el control para capturar o consolidar el poder. Eso ocurre de una manera oculta. Por ejemplo, haciendo énfasis en hechos negativos que ocurren en la Sociedad, como desastres naturales, accidentes o situaciones de dificultad económica, para generar desconfianza hacia quienes podrían haber hecho algo al respecto. Para una Sociedad, tanto como para el individuo, la desesperanza nos puede llevar al suicidio. La esperanza es algo esencial. La falta de esperanza nos hace no poder construir el bien común. Esa táctica se usa, por desgracia, tanto por la oposición como por el propio gobierno. Y esto ocurre en todos los países, con distinta intensidad y en diferentes tiempos.
El gran riesgo es que se pierda la credibilidad de la ciudadanía, respecto a quién la gobierna o a quienes se oponen y podrían gobernarla. También ocasiona pérdida de estabilidad en el Estado. Como se dijo desde la antigüedad, un reino dividido tiene riesgo de ser destruido. También da como resultado un aislamiento del individuo, que se siente ajeno a los demás, en quien no confía, que no puede creer nada bueno de sus conciudadanos. Y este sentido de aislamiento, lo hace juzgarse impotente, incapaz de participar. Le hace decir, de una manera abierta o en su interior: “No hay nada que hacer. Hay que esconderse, mejor no hay que opinar. No sirve para nada, nadie me hará caso”. Esto es lo que buscan quienes están creando desesperanza. Precisamente.
La oposición, cuando quiere quitar un gobierno basándose en crear desconfianza, tiene el riesgo de perder la credibilidad cuando no propone soluciones. Qué es lo que pasa frente a un gobierno fuerte o autoritario. El ciudadano se entera de fallas y problemas, pero no escucha soluciones, solamente escucha insultos. Con lo cual el opositor pierde credibilidad, pierde su identidad. Y esto lo estamos viendo: los partidos de oposición se están pareciendo cada vez más los unos a los otros. Han perdido sus diferencias, solo saben criticar y lo hacen de la misma manera. Hay fragmentación de su base social, que es preludio de la destrucción de cualquier fuerza política.
Ustedes y yo, como ciudadanos sin partido, ¿qué podemos hacer? Por un lado, hay que hacer visible la desesperanza y hacernos conscientes de que hay a quien le interesa que vivamos así. Por otro lado, recomendar opciones y discutirlas. Siempre será más fácil criticar, siempre será más fácil insultar o hacer burla de las acciones de quien no nos parece. Crear soluciones y arriesgarnos a discutirlas es un riesgo que muchos, como ciudadanos sin partido, no queremos asumir.
Hay necesidad de crear colaboración entre ciudadanos y, sobre todo, entre grupos apolíticos a los que les preocupa la Sociedad y que no están dispuestos a continuar viviendo en la desesperanza. Nada fácil, hay que reconocerlo. ¿Está usted dispuesto, ciudadana o ciudadano sin poder, a construir Esperanza?
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