Productividad y salario mínimo
Antonio Maza Pereda
Ahora que algunos políticos les ha preocupado lo poco
remunerativo que es el salario mínimo y han decidido que es el momento de
establecer consultas para decidir si este salario debería modificarse, han
ocurrido, como era de esperarse, una serie de comentarios y ataques tanto a los
políticos como, me parece, a los empresarios.
Quienes, aún sin decirlo esta manera, quisieran aumentar los
salarios mínimos por decreto, seguramente suponen que las empresas tienen
ganancias fabulosas y que fácilmente podrían aumentar los salarios mínimos sin
que les afectara mayormente. En otras palabras, sería como "quitarle un pelo
a un gato". Esto, por supuesto, viene del dogma marxista de la supervalía,
la cantidad de dinero que, en opinión de Marx, se le roba al trabajador. Obviamente, la inmensa mayoría de los más de
4 millones de empresarios que hay en México (de las empresas micro y pequeñas)
no están en el caso de tener ganancias fabulosas.
Pero, por otro lado, algunos expertos y, por supuesto, los
organismos empresariales dicen, no sin razón, que no se puede aumentar los
salarios si no se aumenta la productividad del trabajador. Y ahí lo dejan. Tal
parecería como que el tema está en manos del trabajador: “¿Quieren ganar más?
Sean más productivos”.
Lo que probablemente nadie toma en cuenta es que la productividad
laboral tiene muy poco que ver con el trabajador. De acuerdo con la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) los factores que influyen en la
productividad laboral son: el equipamiento del trabajador, la calidad y
mantenimiento de su equipamiento, el entrenamiento que reciben, la disposición
(lay out) de la planta, la aplicación de estudios de tiempos y movimientos, la
planeación, administración y control de la producción, los arreglos ergonómicos
que reduzcan la fatiga del trabajador, el "clima" laboral y, por
supuesto, la disponibilidad del trabajador para llevar a cabo su tarea. La
mayor parte de estos aspectos no dependen del trabajador. ¿Cree usted qué, en
las empresas mexicanas, esos aspectos hemos mencionado están en su óptimo?
El trabajador mexicano, si es debidamente equipado,
entrenado, motivado, alimentado y se le dan las condiciones adecuadas de
trabajo, es tan productivo como el que más. Y la mejor demostración nos la dan
nuestros paisanos que son contratados por su productividad en las empresas de
los Estados Unidos. También lo ha demostrado la Ford Motor Company que tiene en
Hermosillo, Sonora uno de sus plantas armadoras con mayor productividad en el
mundo. Y no tiene obreros extranjeros.
Pero, obviamente, dar al trabajador todas las condiciones
para que tenga la máxima productividad no es algo barato. Pocas empresas tienen
el equipamiento, o las condiciones adecuadas para tener la máxima
productividad. De manera que parece que estamos en un círculo vicioso: no tenemos
dinero para tener mejor productividad y, al no tener mejor productividad, no
podemos pagar mejor a los trabajadores. ¿Cómo romper con ese círculo vicioso?
Por otro lado, y hay pocos que lo mencionen, cuando una
empresa tiene mayor productividad y paga salarios adecuados, pero no vende más,
el resultado es el desempleo. Por ejemplo, el trabajador español tiene una
productividad de $50 dólares por hora de trabajo, mientras que el trabajador
mexicano tiene una productividad de $17 por hora[i]. Un poco menos
de la tercera parte. Pero, al no haber aumentado la capacidad de vender de las
empresas españolas, el resultado es que una cuarta parte de su fuerza laboral
está desempleada. Y en el caso de los jóvenes en edad laboral, están desempleados
aproximadamente el 50%. Y, hasta donde yo sé, las ventas no están en manos de
los trabajadores.
¿Habrán medido las consecuencias nuestros políticos? ¿Habrán
medido nuestros líderes empresariales?
Creo yo que estamos ante un tema complejo, con múltiples
aristas, y que no se puede resolver atendiendo sólo una parte de la situación.
Mejorar los salarios laborales es un tema de justicia. Pero, por otra parte, se
requieren inversiones importantes, que no se pueden hacer fácilmente. Se
requiere también aumentar sustancialmente los mercados, tanto interno como
externo, para evitar que ese aumento de productividad que permitiría aumentar
los salarios, provoque desempleo. Nada fácil. En un tema complejo como éste las
soluciones deben de atender simultáneamente a varios aspectos que por décadas
hemos mantenido sin soluciones.
La mejora de las capacidades productivas de las empresas no puede
lograrse de la noche a la mañana. La productividad, en los países que han
logrado un aumento rápido, han sido en el mejor de los casos aumentos del 1 al
2% anual. O sea que, para poder alcanzar el nivel de productividad que tienen
los europeos, probablemente deberíamos de hablar, si somos extraordinariamente
buenos, de 25 años. Los españoles lo lograron en 32 años. Pero, por otro lado,
no podemos esperar toda una generación para que nuestros trabajadores tengan
salarios remuneradores.
No, no tengo la solución. Pero también sé que no tenemos una
solución viable en todas las posiciones que está presentando este debate sobre
los salarios. Y creo que hace falta hacer una labor extensa y profunda para
encontrar soluciones viables. Porque, las que se han puesto sobre la mesa, no
lo son.
[i]The Conference Board Total Economy Database™,January 2014,
http://www.conference-board.org/data/economydatabase/
No hay comentarios:
Publicar un comentario