Probablemente uno de los temas más discutidos de este 2022 será la revocación de mandato, propuesta por el presidente López Obrador. Lo que ha dado mucho que hablar, por la inconsistencia que parece darse, ya qué MORENA propone este mecanismo y, simultáneamente, se niega a aportar los fondos necesarios para que dicha consulta ciudadana tenga todas las características para ser creíble. No es un asunto menor el que no haya fondos para suficientes casillas electorales, que permitan a la población asistir con facilidad a los sufragios. Obviamente, de hacerse las consultas con un número reducido de casillas, lo más probable es que las eliminadas sean las de poblaciones menores, que es donde más se esperaría que el voto a favor de Andrés Manuel sería más copioso.
Por lo pronto, a menos que haya un cambio radical, es claro que MORENA podrá reunir las firmas necesarias para que se lleve a cabo la consulta. Eso, a pesar de casi un millón de firmas eliminadas por fallas de diversos tipos. Es claro que MORENA confía plenamente en la fortaleza de su presidente. Si tuvieran la menor duda de qué AMLO no tendría una aprobación apabullante, no estarían insistiendo en que la consulta se lleve a cabo. Y, de hecho, de ser veraces las encuestas que se están publicando, no hay duda de que el presidente ganará esta consulta.
La oposición no ha tenido una argumentación sólida en este tema. Al proponer que la consulta no se lleve a cabo o que, de llevarse a cabo, sea boicoteada por la ciudadanía muestra que ellos también creen en la fortaleza del primer mandatario. Y también es claro que no confían en sus propias argumentaciones: tres años de ataques mediáticos, parlamentarios y en las redes sociales no parecen haber mermado suficientemente la popularidad del presidente, hasta el grado de que la revocación le sea adversa.
Con o sin razón, la consulta se ha planteado como una especie de plebiscito sobre lo atinado de la gestión del presidente. Probablemente es algo inevitable: sin embargo, también puede ser confundida con un concurso de popularidad el cual, dado lo gris de los representantes de la oposición, AMLO ganaría sin mayor dificultad. Porque puede ser que no se le considere apto para el puesto, pero quienes dirigen la oposición no brillan precisamente por sus capacidades, ni pueden presentar opciones que entusiasmen a la ciudadanía.
La apuesta de la oposición es debilitar a López Obrador. No solo en esta consulta ciudadana: esa ha sido su posición desde que empezó a tener posibilidades para ser presidente. Hasta ahora, no han tenido éxito. Sin embargo, insisten en la misma táctica. Aparentemente, creen que al continuar haciendo lo mismo, van a tener resultados diferentes. No es creíble que las cosas cambien si la táctica no cambia. La oposición está en un larguísimo ayuno de ideas novedosas, prácticas, que entusiasmen a la mayoría de la población. Es claro que esto no es fácil: crear una narrativa poderosa, que logró convencer a una parte importante del electorado, le llevó a AMLO unos 18 años. Sus opositores, en sólo 3 años, es muy difícil que desarrollen algo parecido.
En todo caso, la consulta ciudadana de la revocación de mandato, sólo en parte podríamos considerarla como un plebiscito a favor o en contra de Andrés Manuel. Lo que sí va a dar es una apreciación muy cercana sobre la capacidad de movilizar a los votantes que tienen las diferentes fuerzas políticas. Por lo pronto, en la labor de reunir firmas, MORENA logró un buen resultado. Sobre todo pensando en que, a pesar del gran número de firmas canceladas, lograron obtener la cantidad necesaria para esta consulta. Ahora quedan unas cuantas semanas en las cuales las diferentes fuerzas políticas tratarán de convencer al electorado de que aprueben o rechacen la continuidad de la gestión de Andrés Manuel López Obrador. Será la prueba de fuego para los aparatos de comunicación de los distintos partidos, del poder de sus narrativas, y en cierta manera también del desgaste de su voto blando, es decir, aquellos que sin estar totalmente convencidos de sus posiciones políticas, votaron por sus propuestas.
Por lo pronto, amigas y amigos ciudadanos, hay que hacer todo lo necesario para tener un voto ilustrado, consciente y responsable. La nación no merece menos. Habrá toda clase de sofismas, de presiones, de dificultades para votar en condiciones muy restringidas por falta de recursos. Pero lo importante, como en todas las ocasiones, será ejercer nuestro derecho y nuestra obligación ciudadana, con lo mejor de nuestras capacidades y siempre pensando en lo mejor para nuestro país y nuestros hijos.
Antonio Maza Pereda
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