En las últimas semanas, la prensa de negocios nos ha hablado de la "Tragedia Griega", apodo que le han puesto a la crisis económica que está ocurriendo en Grecia, en un intento de convencernos de que los reporteros son personas cultas y que saben que los autores del género de la tragedia son precisamente los antiguos griegos.
En un análisis de Cuenta Corta, la tragedia procede del endeudamiento provocado por la crisis económica mundial iniciada en el año 2008 o 2009, según el autor al que usted le crea. Ahora, sin embargo, nos encontramos que la tragedia no es únicamente griega. Portugal, Irlanda, España y en estos días, la tercera economía de Europa, Italia, presentan síntomas muy semejantes a los que presenta la economía griega. Las medidas para resolverlos son muy similares: recorte presupuestal, mayormente en el gasto social, y aportación de cantidades fabulosas de fondos procedentes de la Comunidad Europea.
Visto en términos de Cuenta Larga, las raíces de este problema son mucho más antiguas. En los cincuenta del siglo XX, la mayoría de los estados de Europa occidental adoptaron el concepto del "Estado Benefactor". Se basaron en dos supuestos importantes: el aumento de la productividad de los europeos y la permanencia de la pirámide poblacional. Para reforzar este concepto, se promovió una intensa campaña para convencer a la población de reducir la natalidad. 60 años después nos encontramos con la situación de que la población de Europa, en muchos países y en muchos sectores, ya tiene en promedio la edad de retiro, que no es precisamente aquella donde se puede esperar la mayor productividad. Por otro lado, al reducirse drásticamente la natalidad, la proporción del gasto social que puede sostenerse a partir de la aportación de los trabajadores en edad laboral, se reduce también.
Por esta razón, en la mayoría de estos países las soluciones están basadas en la reducción del gasto social, la reducción de las pensiones y leyes para posponer la edad de retiro. Interesantemente, en muchas de las manifestaciones que se han dado para protestar por las medidas de ajuste, predominan los jóvenes. Evidentemente, si se alarga la edad de retiro y se reducen las prestaciones sociales, no habrá retiro de trabajadores de edad madura y no se abrirán espacios para la contratación de jóvenes. Esto es exactamente lo que está ocurriendo; los "inconformes" españoles, son básicamente jóvenes que no encuentran trabajo y que, dadas las medidas de ajuste, tendrán oportunidades aún menores de obtenerlo en el futuro inmediato.
Por si fuera poco estos jóvenes, muchos con estudios avanzados, no se muestran muy dispuestos a entrar a trabajos en el campo o en las fábricas, con lo que se crea una demanda para mano de obra poco o medianamente especializada. Y a esa mano de obra, hay que importarla y darle prestaciones sociales.
Claramente, habrá que tomar algunas medidas de Cuenta Corta. Pero van a ser solamente una "curita" cuando se necesita cirugía mayor. Las medidas de Cuenta Larga no darán resultados rápidamente. Eso es claro para todos. Lo grave es que no se están proponiendo soluciones de largo plazo. Por ejemplo, encontrar empleos productivos para los jóvenes que hoy no encuentran empleo, para evitar tener una generación completa de personas dependientes de la beneficencia pública. Resolver el problema de una emigración que no pueden evitar a largo plazo, porque, parafraseando a Keynes, en el largo plazo todos los actuales trabajadores estarán muertos y no es suficiente la población con residencia legal para sustituirlos. Y no en un plazo demasiado largo. Soluciones dolorosas, como por ejemplo, trabajar en la base de la pirámide de los países menos desarrollados para generar un crecimiento sostenible de la economía mundial, que no esté basado en el consumismo de unos pocos sino en el consumo de los muchos que tengan un nivel de vida decente.
No está fácil, ¿verdad? Por demasiado tiempo se estuvo posponiendo una visión de Cuenta Larga. Ahora, no habrá medidas fáciles ni indoloras. Por el bien de la economía mundial, ojalá todavía haya tiempo. Y ojalá aprendamos de esta tragedia para que todavía tomemos a tiempo las medidas necesarias.
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