¿Porqué Cuenta Larga?

¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.

Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones

jueves, 18 de agosto de 2011

¿La sociedad del conocimiento?

Es muy frecuente escuchar, sobre todo en los medios relacionados con el cómputo, que ahora estamos en la sociedad del conocimiento. Y para demostrarlo, se cita todo el enorme acceso a la información que ahora tenemos. Estoy de acuerdo. Una de las ventajas de la edad avanzada es poder hacer comparaciones. Yo tuve oportunidad de poder obtener la información de manera remota, en tiempo real, mucho antes de que existiera el Internet. Bancos de datos computarizados, muchos de los cuáles todavía existen y operan, ofrecían información muy valiosa, en línea y en tiempo real. Había, sin embargo, dos diferencias importantes. La velocidad de transmisión de información era extraordinariamente lenta,  probablemente por una relación de 3 o 5 órdenes de magnitud. Es decir, para poner un ejemplo,  una información que obtenemos hoy en dos centésimas de segundo, se tardaba entre 200 y 1000 segundos. La otra diferencia era el costo. La conexión al banco de datos, sin considerar el costo de la llamada de larga distancia a Estados Unidos o Europa, era de doscientos dólares la hora. Esto hacía, por supuesto, que solo una minoría muy pequeña, altamente entrenada para búsquedas en línea, podía obtener esa información a un costo razonable.

Contra esas desventajas, había una ventaja enorme: esa información estaba validada por empresas especializadas, empleando a personal altamente capacitado, para poder garantizar la veracidad de esa información.  Hoy tenemos muchísima más información, a velocidades muy superiores y costos prácticamente nulos, pero sin ninguna validación. Si usted o yo queremos mentir en la red, nada lo impide.

La realidad es que no podemos hablar de que tenemos una sociedad del conocimiento, si entendemos por conocimiento la información validada, codificada, recuperable y analizada hasta llegar a sus consecuencias o conclusiones. Tenemos, sí, un mar de datos; no podemos hablar de que tenemos conocimiento y muchas veces ni siquiera información. Y, finalmente, usted y yo tomamos decisiones con el conocimiento, no con datos.

A largo plazo ¿qué consecuencias puede tener esto? Hoy vivimos en una situación de confusión inconsciente, es decir, creemos que sabemos pero no estamos conscientes de nuestra propia confusión. Sobre esto podemos plantear dos escenarios: seguimos profundizando en esta confusión, con la consecuencia de que nuestras decisiones sean cada vez menos precisas y atinadas o, haciéndonos conscientes de que necesitamos transformar los datos y la información en verdadero conocimiento, llevaremos a la humanidad a un nuevo estado de desarrollo mucho más avanzado.

Al analizar la situación de este momento de agosto de 2011, podemos ver que a la economía número uno del mundo sumida en la incertidumbre respecto al modo como puede lograr una salida eficiente de su crisis económica, a sus autoridades pensando que las medidas de corto plazo serán suficientes, teniendo sus bolsas de valores con bandazos diarios de mejora y caída de sus índices. ¿Cómo es posible que personas que tienen un acceso a la información mucho más amplio que el que se disponía hace 40 o 50 años, habiendo avanzado enormemente en las ciencias económicas y las de la administración tanto pública y privada, no puedan llegar a soluciones sensatas?

No me lo puedo explicar de una manera sencilla. Mi teoría, que deseo fervientemente que esté equivocada, es que el exceso de datos insuficientemente analizados ha llevado a estos personajes a este estado de lamentable confusión y a que nos arrastren prácticamente a todos los países a un estancamiento generalizado.

A un nivel más inmediato: ¿está su empresa sumida en una confusión debido a la falta de información convertida en conocimiento? ¿Está usted mismo confundido con un exceso de datos que no hacen sentido? Si es así, me temo que estamos muchos en el mismo barco. Y los medios de comunicación, los analistas de negocios, y todos los que deberían estarnos orientando, están tanto o más confundidos que nosotros. Afortunadamente, la solución está en nuestras manos. Podemos adquirir el hábito de ser críticos respecto a los datos y la información que recibimos, el hábito de buscar la lógica y el razonamiento que soporte a la información y a las conclusiones que recibimos,  cultivando un sano escepticismo y no tomando por buena, a primera vista, cualquier información que se nos ofrece.

Pensando en la mayoría de mis alumnos y de mis clientes, soy optimista. Creo que la gran mayoría tienen todas las capacidades necesarias para desarrollar y cultivar las habilidades que acabo de mencionar. Y, si tengo razón, hay mucha más gente con capacidad crítica de la que nos imaginamos. Por esta razón creo en el escenario de que, pasando esta temporada de confusión, tendremos una gran dosis de humildad y de sabiduría para poder aprovechar y agregar valor al mar de datos que hoy nos inunda.


No hay comentarios:

Publicar un comentario