¿Porqué Cuenta Larga?

¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.

Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones

lunes, 7 de diciembre de 2015

¿El principio del fin en Venezuela?


Una paradoja, casi como las de Chesterton, fue parte de un discurso de Churchill diciendo,  a propósito de algunos de los eventos de la Segunda Guerra Mundial: “Esto no es el principio del fin, pero sí es el fin del principio”.

Espero de todo corazón que las elecciones parlamentarias en Venezuela sean el principio del fin de una larga noche de autoritarismo, de populismo, de medidas antidemocráticas y de sumisión a los últimos estalinistas del mundo. Lo deseo ardientemente: que Venezuela vuelva a ser el ejemplo de democracia en América Latina que fue durante la larga temporada de dictaduras militares y dictaduras de partido que sufrimos en  nuestro continente.

Aunque a la hora de hacer este artículo aún no se sabe el resultado final de las elecciones, ya es un hecho que la oposición gana 99 escaños en el Congreso, mientras que los Chavistas-Maduristas tienen 46 y están indecisos 22 puestos. Lo  cual no es cosa menor: la ley Venezolana marca diferentes atribuciones a diferentes mayorías: la mayoría simple (la mitad más uno), la de tres quintos más uno y la de dos tercios más uno. Solo esta última puede evitar que Maduro gobierne por decreto, como podría ser autorizado por el actual Congreso en los 30 días que le quedan en el poder. O sea que, aun habiendo ganado por mayoría, la oposición podría quedar inmovilizada para detener los desplantes autoritarios de Maduro, si no logra más de los dos tercios.

Como ve Usted, hay un real motivo de alegría en Venezuela, pero todavía no es el fin. Hasta el 2018 serán las elecciones presidenciales que podrían sacar finalmente a Maduro del poder. Y quedaría también por ver si la oposición se mantendrá unida, cosa que apenas ahora se ha logrado.

Según un estudio de varias universidades venezolanas, el 73% de los hogares en ese país están en condición de pobreza por ingreso[1]. Una clase pobre que desconfía de la clase media y adinerada así como de los partidos de centro y de izquierda moderada. Las décadas de bonanza petrolera, que podrían haber sido aprovechadas para crear una infraestructura económica que no dependiera del petróleo, se desperdició en subsidios que no generaron empleo estable y en subsidiar a otros países afines ideológicamente al Chavismo,  mediante generosos apoyos en petróleo. La historia económica de Venezuela pudo haber dejado de ser la historia de los precios internacionales del petróleo. Hubo la oportunidad. Chávez y sus sucesores la desperdiciaron.

Ahora la tarea es mantener el impulso. Mantener la unidad arduamente obtenida y ganar las mentes y los corazones de los venezolanos pobres, mediante hechos más que  con discursos. Maduro está achacando su derrota a la guerra económica que, dice él, han desatado los países ricos y la burguesía venezolana. Ignorando, mañosamente, que la parte sustancial de la penuria venezolana viene de los precios que fija la OPEP, de la cuál es fundadora y miembro Venezuela. Y olvidando que subsidiar absurdamente el consumo de gasolina y mantener un tipo de cambio artificial, solo propiciaría importaciones y, a la larga, la inflación que hoy padecen. Pero, si el viento cambia y el petróleo puede volver a estar caro, Venezuela volvería a tener prosperidad.

La reconstrucción de la confianza es la orden del día y de muchas semanas y meses. Una actitud triunfalista de los hoy ganadores, puede generar un desastre a mediano plazo. Hoy, más que nunca, en Venezuela como en América Latina y en el mundo entero, tenemos que reconstruir las sociedades mediante el rechazo de la lucha de clases, que se ha mostrado enormemente dañina y reconstruir relaciones de acercamiento y apoyo mutuo ente las clases sociales. Por el Desarrollo, “el otro nombre de la Paz”, como dijo Paulo VI. Por la concordia. Por la confianza entre los miembros de la sociedad. Por nuestro futuro.



[1] http://www.eluniverso.com/noticias/2015/11/20/nota/5251059/pobreza-venezuela-alcanzo-73-hogares

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