Ciertamente, la
profesión de pronosticar es una ocupación de alto riesgo. Los primeros
pronosticadores que registra la historia fueron los profetas del pueblo de Israel
y, tristemente, todos ellos murieron apedreados. Por esa razón no me gusta
hacer pronósticos y menos en circunstancias tan inestables como las que está
pasando el país en este inicio del año 2015.
Sin embargo, algo hay que hacer. No podemos estar esperando
a ver qué ocurre. Para este efecto se han creado las herramientas llamadas escenarios. Estas herramientas nos permiten
generar y analizar las posibilidades de las situaciones futuras, pero sin
considerar su probabilidad: únicamente se busca ver si esas situaciones son
posibles. Es un instrumento que permite ordenar nuestro pensamiento para lo que
algunos llaman "el plan B".
Habiendo hecho esta advertencia, vamos a ver algunas de las
variables que podrían modificar nuestros escenarios en los primeros seis meses
de este año. ¿Por qué no más adelante? Claramente hay que hacerlo, y lo haré en
otro escrito. Pero los escenarios de mediano y largo plazo van a depender
fuertemente de los resultados de los escenarios de esta primera mitad del año,
por lo que vale la pena separarlos.
Algo que dará la tónica de este semestre será la lucha
electoral. En esta puede haber dos escenarios: que dicha lucha absorba toda la
atención y todas las energías de gobernantes y gobernados, como una especie de
"puente Lupe Reyes" extendido y el otro que se logren hacer avances
sustantivos independientemente de las luchas políticas electorales. Poco
probable, pero posible.
Un punto clave para estos escenarios es si la administración
actual (en los tres niveles) logra o no recuperar la confianza de la
ciudadanía. Si siguen apareciendo nuevas revelaciones, si el control de daños
que han hecho los voceros del poder ejecutivo sigue siendo igual de débil, será
muy difícil recuperar la confianza. Claro, siempre se puede confiar en la tradicional
desmemoria del electorado que, después de dos semanas de vacaciones (o más, si
contamos del 12 de diciembre al 6 de enero) hayan olvidado las preocupaciones y
el "hartazgo" que nos reportaron los medios.
Otra variable importante será si se empiezan a dar los
primeros resultados de la implementación de las reformas que nos ocuparon en
los años 2013 y 2014. Porque, hasta ahora, lo único que se ha logrado ha sido
legislar y muy poco de hacer cumplir lo legislado, mucho menos de empezar a ver
resultados. Una buena prueba de cuál será el escenario que estaremos viviendo,
será ver si se logra una legislación y reglamentación sobre la corrupción que
sea verdaderamente diferente de lo que hemos tenido hasta ahora y que, además,
se logre implementar con rapidez y sin excepciones.
Tal vez el punto central será el desempeño económico. La
pregunta que las oposiciones harán al electorado podría ser en el siguiente
tenor: ¿Está usted mejor ahora que en el
año 2012? Dado que los años anteriores no han sido particularmente
brillantes, cabe la posibilidad de que el gobierno intente ejercer con la mayor
prontitud posible el presupuesto del año 2015 y algunos guardaditos que pudiera
tener, con el propósito de generar una impresión de bonanza que les facilite el
mantener su situación en el poder legislativo, y no perder las gubernaturas que
estarán en juego.
Otro punto fundamental será si los partidos mayores logran
mantener la unidad entre sus filas. Todos tienen algo de lo que cojean: en el
PRI el enfrentamiento entre mexiquenses e hidalguenses, en el PAN el
enfrentamiento entre Calderónistas y Maderistas, en el PRD la ya ancestral
división entre las "nueve tribus" sin contar con la división de la
izquierda al separarse el MORENA y Cuauhtémoc Cárdenas de las filas de este
partido. Si no se logran estas unificaciones, los partidos se presentarán muy
débiles a las elecciones y veremos una gran cantidad de cambios de fuerzas
políticas entre los puestos en disputa. Algo parecido al juego de las sillas
musicales.
Lo que está en juego, finalmente, es la libertad de
actuación que tendrá la administración Peña Nieto. Un posible escenario es que
se refuerce y pueda continuar proponiendo, obteniendo aprobación e
implementando reformas. Pero también puede darse el escenario de que el PRI
pierda su situación de primera minoría en el poder legislativo y al presidente
tenga que enfrentar a un Congreso que lo fiscalice cercanamente y le impida
llevar a cabo muchas de sus actividades. Algo como los tiempos en que al
presidente Zedillo el Congreso le prohibía hasta hacer viajes al extranjero.
Obviamente, en este momento especial los escenarios irán
cambiando cada día. Aun suponiendo que no haya nuevos eventos o nuevas
revelaciones, la situación será bastante inestable. Los gobernantes podrían
encontrarse con una reducción de la disciplina de sus partidos debido a que los
candidatos pondrán más atención en sus propios intereses que en los intereses
de los gobernantes. Asimismo, es muy posible que los inversionistas grandes y
pequeños entren en una situación de "esperar y ver", con lo que las
inversiones seguramente se retrasarán hasta ver los resultados de esta
situación.
Y quedan por analizar las fuerzas externas: si continuará o
no la caída de los precios del petróleo, si continuará o no la devaluación del
peso mexicano, si continuará la mejora de la economía de los Estados Unidos,
nuestro principal socio comercial y otros asuntos externos de menor
importancia. Todo esto podrá influir en los resultados de estas próximas
elecciones y en la economía de este primer semestre del año.
¿Y después? Dependiendo del resultado de estas elecciones ya
se podrían formular escenarios un poco más acotados. De estos me ocuparé en
otro escrito.
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