¿Porqué Cuenta Larga?

¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.

Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones

lunes, 5 de octubre de 2015

¡Que se nos van los catalanes!

Un tema muy español. Las provincias catalanas quieren separarse de España. La semana pasada hubo unas elecciones locales que fueron presentadas, por el gobierno separatista catalán, como si fuera un plebiscito sobre la separación de Catalunya. Un tema que no es, en lo esencial, exclusivamente español. Situaciones similares, si bien menos agudas, se presentan en otras partes del mundo e incluso en México. Un tema del siglo XXI. Uno de Cuenta Larga.

Detrás del independentismo catalán, está una larga serie de agravios: algunos centenarios y otros relativamente recientes. El desprecio que han sentido en muchos gobiernos centrales de España, que en algún extremo llegaron a intentar desaparecer su lengua y su cultura. La imposición abusiva de cargas en la que se percibe una injusta participación en los impuestos que se recogen en las distintas provincias españolas. Y en el fondo, el sentirse envidiados y despreciados al mismo tiempo. Abusos que no se han reconocido, agravios de los que no se ha pedido perdón.

Mucho  hay de cierto en sus agravios: los catalanes proveen el 25% de la recaudación fiscal de España, y recibe a cambio una participación relativamente pequeña de ese ingreso. Eso, a pesar de que pagan las tasas de impuestos más elevadas de España. Se quejan, por ejemplo, de que su gasto en salud está mal financiado porque lo que reciben del gobierno central es escaso. Y este es sólo un ejemplo.

En el debate, la argumentación que están ofreciendo los demás españoles a favor de la no secesión de Catalunya, no reconoce agravios ni busca la conciliación. En términos generales, el tono es de ataque, de demostrar sus fallas, de acusarlos de no cumplir con los mandatos constitucionales que aceptaron, por ejemplo, y de tratar de convencerlos de que la economía catalana tendría mucho que perder si se separara de la española. Hasta llegar a los argumentos intrascendentes, como la dificultad del equipo de fútbol Barcelona para mantener su nivel internacional si no jugara en la liga española.

Me da la impresión de un marido que está tratando de evitar que su esposa lo divorcie, y los argumentos  que da, fueran: que ella es bastante inútil, un tanto antipática, y que no podrá sostenerse económicamente si él no la estuviera apoyando. Por no decir, que perdería a sus amistades comunes. Yo no sé qué le parezca usted, pero a mí me parece que a esa esposa no le harían mayor impresión esos argumentos. Y algo así sucede en este debate. Algo he leído de la prensa española y no he encontrado absolutamente nada en el sentido de que a los españoles les importen los catalanes. De que los necesiten.  Nada sobre la hermandad entre los hispanos, nada en el sentido de que “nos necesitamos y que, aunque como buenos hermanos nos peleamos, en el fondo nos queremos mucho”.

Francamente, desde la lógica de los argumentos a favor de mantener la unión, parece muy difícil que Catalunya no se independice. En el fondo del debate se ven agravios, se ven rencores, puede ser que, en algún caso, hasta odio. De ambas partes. Mala base para negociar. Mala situación para lograr un acuerdo, si ambas partes no están dispuestas a perdonar y, por duro que sea, lograr en alguna medida olvidar. Que no es fácil, pero es lo único que puede lograr sanar las heridas entre las comunidades catalanas y el resto de España.

Como decía anteriormente, este no es un tema exclusivamente español. En Europa hay situaciones parecidas, si bien no tan agudas. Los lombardos en Italia, los  corsos en Francia, por poner dos ejemplos, también han expresado ideas separatistas. Y por razones históricas, culturales, y fiscales similares a las que expresan los catalanes. En la propia España, los valencianos, los gallegos y los eúskaros han expresado su necesidad de mayor autonomía o incluso de independencia. Según algunos futurólogos, en este siglo se estaría presentando en todo el mundo un esquema de zonas económicas de libre comercio, como la Unión Europea, el tratado de libre comercio de América del Norte y los tratados del Pacífico, con normativas comunes, con situaciones fiscales homologadas, y con fraccionamiento de los países en diferentes regiones autónomas. Estos futurólogos ven que, como reacción a las grandes alianzas comerciales, habría un reforzamiento de las autonomías locales. Lo cual no es tan mala idea: las alianzas entre las grandes naciones al principio del siglo XX, provocaron la Primera Guerra Mundial y en parte también la Segunda.

¿Podría ocurrir algo parecido en México? En alguna medida, las semillas ya están aquí. En concreto, esa es la postura del EZLN, buscando la autonomía para las comunidades indígenas. Y lo mismo ocurre con diversos estados donde se busca promover los "usos y costumbres" de los indígenas. Ellos también tienen agravios centenarios, de expoliación de sus tierras y sus comunidades, de desprecio y discriminación a sus culturas y lenguas, así  como  un intento que empezó con los liberales del siglo XIX para "castellanizarlos". La diferencia es que estos grupos no tienen el impacto económico que tienen los catalanes en España y, por lo tanto, para la mayoría de la población es un tema de escasa importancia.

Pero no son los únicos. También los neoloneses sienten como un agravio que ellos participan muy fuertemente en los impuestos que recauda Hacienda, y sienten que no reciben una parte proporcional de lo que entregan. En ciertas zonas del país, en los noventas, se veían en varias ciudades las pintas diciendo: "haz patria, mata un capitalino". Las mismas semillas de odio, los mismos agravios que se mantienen, podrían llevar a esa situación. En un escenario, si en los desiertos de Chihuahua y Coahuila que tienen formaciones geológicas similares a las de Texas, se hicieran descubrimientos importantes de petróleo, se rompería la dependencia que tienen los estados del norte respecto al resto del país y la tentación de independizarse sería muy fuerte.


Al final, lo que importa es que los países se mantienen unidos por lazos de cariño, de aprecio y de solidaridad entre sus diferentes comunidades. La lengua común, la historia común, incluso la religión que mayormente se profesa, no son suficientes para mantener la unión. Y, para demostración, basta ver lo difícil que ha sido unir a los países de América Latina. En España, como en México y en el resto del mundo, la unión se dará cuando todos reconozcamos públicamente que nos necesitamos los unos a los otros, que nos apreciamos los unos a los otros, que nos importa el destino de nuestras distintas comunidades. Que estamos dispuestos a hacer algo para remediar los agravios, reconocer lo que nos debemos los unos a los otros, y cultivar nuestra amistad y aprecio entre todos nosotros.

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