¿Porqué Cuenta Larga?

¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.

Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones

lunes, 19 de octubre de 2015

¿Por qué no se recuperan los precios del petróleo?

Conste que no soy un experto en economía petrolera ni tampoco economista. Como estudioso de la estrategia de negocios, sin embargo, creo que algo puedo opinar en un tema que tiene mucho que ver con el análisis de la estructura industrial de Michael Porter.

Hay que tomar muy en cuenta que las leyes de la oferta y la demanda no funcionan del todo en los oligopolios, sobre todo cuando están organizados como un cártel,  como es la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo u OPEC por sus siglas en inglés). En ese caso, los precios han dependido más de manipulaciones políticas y de oferta que a una demanda real del petróleo.
Algunos datos: en Diciembre de 1998, el precio del petróleo estaba en 10.40 dólares el barril. Doce años después, el precio rompe la barrera de los 100 dólares,  y se mantiene así hasta septiembre de 2014 donde baja a 96 y de ahí cae rápidamente llegando en Enero de 2015 a 55 dólares. Y, como dice The Economist, ahora las empresas petroleras ya desearían que el petróleo llegara de nuevo a 50 dólares.

Nada de esto tiene que ver con el crecimiento de la economía mundial. Ni hay correlación con el cambio en el consumo de petróleo. Se alega que hay exceso de oferta, pero no anuncian medidas para un recorte de esa oferta.

Hay otros hechos no mencionados. El regreso de Irán al mercado, después de levantarles las sanciones internacionales  limitando su exportación. La ocupación de zonas petroleras por el Estado Islámico, que está vendiendo petróleo en el mercado negro a precios de hasta 30 dólares por barril. Pero, tal vez más importante, la entrada en operación del proceso de “fracking” para extraer petróleo y gas de ciertos tipos de estructuras geológicas, proceso que ha convertido a EEUU en el segundo productor de hidrocarburos del mundo. Y algo muy importante: a la industria petrolera de EEUU se le levantó la prohibición de exportar. De modo que no solo está produciendo más, sino que está en el mercado como un jugador desde el lado de la oferta.

Ante esto, consciente o inconscientemente, la OPEP está siguiendo el análisis de Porter. Reducen los precios para evitar la entrada de competidores que tienen alto costo de producción. Con esto, se espera, los productores con el sistema “fracking” ya no serán rentables a estos precios. Pero no siempre ocurre eso.

Al inicio de los 80, los precios de petróleo eran muy altos. Casi 90 dólares el barril, a precios constantes de 2008. A esos precios, países que eran productores menores, como Ecuador y Nigeria, desarrollan sus campos y entran al mercado internacional. Pero, más importantemente, Inglaterra y Noruega desarrollan los campos del Mar del Norte y empiezan a abastecer a Europa con un costo logístico menor. Bajan los precios del petróleo, pero los nuevos productores ya habían hecho las inversiones para desarrollar sus campos. Tenían lo que se llaman “costos hundidos”. No ganaban nada con dejar de producir y tenían que recuperar sus inversiones, aunque fuera a un plazo mayor. ¿Pasará esto ahora? Los gastos de desarrollo de campos con “fracking” ya están hechos. No es creíble que dejen de producir o que dejen sin completar las inversiones ya iniciadas.
Hay, por supuesto, otros factores. Si creemos en las teorías de la conspiración, esto le crea graves problemas a Rusia, y le impide ser la superpotencia que fue y podría volver a ser. Esto le pega todavía más fuerte a la Venezuela de Maduro, y hace que no pueda dar petróleo barato a Cuba, Bolivia y otros. Y, en otra línea de la conspiración, a las empresas automotrices les viene bien la gasolina barata, porque de otro modo, los coches eléctricos serían muy viables y eso no les conviene ni a ellas ni a los productores de petróleo.
Otro aspecto, más basado en hechos, es un análisis hecho por el Fondo Monetario Internacional y el Deutsche Bank, sobre el presupuesto de los países de la OPEP. A menos de 100 dólares el barril, la mayoría de ellos tendrán un déficit presupuestal fuerte: las excepciones son Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, pero aún ellos necesitan al menos 70-80 dólares el  barril para tener balance presupuestal. Eso significa que algunos de ellos, sobre todo los de la península arábiga, están gastando sus reservas, que son considerables. Otros, como Venezuela por ejemplo, no disponen de reservas para aguantar mucho tiempo y tendrán que endeudarse. Si hallan quien les quiera prestar. O bajar drásticamente su nivel de vida.

Muy difícil hacer escenarios aquí, sobre todo porque los cárteles existen para modificar  en cierta medida el efecto de las leyes de la economía. Sus  decisiones serán políticas y su lógica no es únicamente económica, sino una de preservar su fuerza oligopólica. Si la historia sirve de alguna guía, nos diría que después de la caída de precios en el 81, los precios se mantuvieron en el nivel medio-bajo por más de 20 años. Y eso sin contar que se predice que en los próximos 5 a 10 años entrarán al mercado nuevas tecnologías para rehabilitación de pozos petroleros agotados. Lo que podría hacer mayor la oferta de petróleo y sería aún más difícil el aumento de sus precios.

De modo que en estos escenarios hay dos impulsores importantes: La necesidad de muchos de los productores de petróleo de balancear sus presupuestos y evitar agotar sus reservas de divisas, lo cual les llevaría a tratar de volver a precios, tal vez no tan altos, pero más cercanos a los precios del 2012-2013 o, por otro lado, la necesidad de evitar nuevos jugadores en el mercado de energéticos y sus efectos a largo plazo, lo cual tendría como consecuencia bajar aún más los precios.  Este último escenario podría tener como efecto menores costos para la economía mundial y un respiro para la crisis económica que en unas decenas de meses más cumplirá diez años. Y otras consecuencias que no son menores: un incentivo para usar carros más grandes y consumidores de gasolina, con su impacto correspondiente en el ambiente.

Un ambiente complejo, muy difícil si no imposible de pronosticar matemáticamente y para el cual hay que preparar escenarios para tener planes alternos y atender la situación.


sábado, 10 de octubre de 2015

¿Cómo estamos en Derechos Humanos?

Desde hace bastante tiempo para los gobiernos emanados de la Revolución, la opinión extranjera y en particular la de los organismos internacionales, les ha importado infinitamente más que la opinión de la ciudadanía. La diplomacia de sus gobiernos ha enfocado mucho de sus esfuerzos a evitar la reprobación y las condenaciones por sus actos de gobierno. Hechos tan graves como los de 1968, los de 1970 y la guerra sucia de los setentas, Aguas Blancas o  Acteal, no merecieron observaciones importantes de los organismos internacionales. Por lo cual no es exagerado decir que, muchos modos, esos organismos fueron cómplices de atrocidades muy claras.

En un momento dado, esos gobiernos decidieron establecer comisiones de derechos humanos, en distintos niveles de gobierno. Encabezadas por miembros de la clase política, la percepción de la ciudadanía es que  una buena parte se trata de un espectáculo para el consumo de un público extranjero y, de una manera muy generalizada,   que dichas comisiones les interesan más la protección de los derechos de los criminales que la atención de los derechos de las víctimas. 
Percepción que, a pesar de la mercadotecnia política, sigue estando bastante vigente: basta con ver la reacción que ha tenido la ciudadanía cuando los jueces han dejado en libertad a criminales basándose en aspectos de “debido proceso”.. En este aspecto, la liberación de la ciudadana francesa señalada por secuestrados como miembro de las bandas, fue un mal inicio en este aspecto para el régimen actual.

La fuerza con que ha respondido la actual administración a los señalamientos de los organismos de Naciones Unidas en materia de derechos humanos ha sido inusitada. Se ha llegado hasta  acusar al señor Álvarez Icaza de traición a la patria y de señalar a los organismos internacionales como superficiales en sus afirmaciones. Se dice, por ejemplo, que los hechos que se han señalado de Iguala y Tlatlaya son ciertos, pero de ninguna manera presentan una situación generalizada, es decir, se trata de hechos aislados. Es como si un marido golpeador dijera que no es verdaderamente violento, porque sólo golpea a su mujer cada tres o cuatro años. Eso sí, la manda al hospital cada vez. Pero, dice el, no puede decirse que es una situación generalizada sino que se trata de hechos aislados. Si estuviéramos hablando de ese marido violento, claramente diríamos que una sola situación en que se haya cometido un acto de violencia es suficiente para  intervenir, proteger a la agredida, y poner los medios necesarios para que esta violencia no se repita. Pero al parecer nuestra clase política considera que el hecho de que estas situaciones gravísimas no ocurren cada día, es un argumento suficiente para decir que en México no hay problema de abuso de los derechos humanos.

Y el punto es que solamente estamos hablando de abusos denunciados y documentados que son   llevados a cabo por  las autoridades. Que no son los únicos que transgreden los derechos humanos. Autoridades escolares, familiares, empresarios, "famosos", y en general los  que se sienten con algún nivel de poder y de privilegio, con bastante frecuencia tienen transgresiones mayores o menores de los derechos humanos de otros a los que consideran súbditos, subordinados o meramente inferiores. Un tema que no puede dejarse nada más a la clase política. Un tema para la ciudadanía, un tema que debería ser preocupación de todos.

La clase política nos ha demostrado con hechos que son expertos en el arte de evadir las culpas y que les preocupa más hacer declaraciones tronantes y sonoras, ampliamente difundidas en los medios, que entrar al trabajo más silencioso, menos lucidor pero mucho más efectivo de tomar acciones concretas y específicas para reducir no sólo los casos de alto impacto, sino atender los miles y posiblemente millones de pequeñas agresiones, de pequeños y grandes atentados contra los derechos humanos que ya no se reportan, debido a esa percepción de que las autoridades no van a tomar cartas en el asunto y de que las comisiones e instituciones que nominalmente tutelan nuestros derechos humanos siguen teniendo muy poco interés en defender los derechos humanos de las víctimas.

lunes, 5 de octubre de 2015

¡Que se nos van los catalanes!

Un tema muy español. Las provincias catalanas quieren separarse de España. La semana pasada hubo unas elecciones locales que fueron presentadas, por el gobierno separatista catalán, como si fuera un plebiscito sobre la separación de Catalunya. Un tema que no es, en lo esencial, exclusivamente español. Situaciones similares, si bien menos agudas, se presentan en otras partes del mundo e incluso en México. Un tema del siglo XXI. Uno de Cuenta Larga.

Detrás del independentismo catalán, está una larga serie de agravios: algunos centenarios y otros relativamente recientes. El desprecio que han sentido en muchos gobiernos centrales de España, que en algún extremo llegaron a intentar desaparecer su lengua y su cultura. La imposición abusiva de cargas en la que se percibe una injusta participación en los impuestos que se recogen en las distintas provincias españolas. Y en el fondo, el sentirse envidiados y despreciados al mismo tiempo. Abusos que no se han reconocido, agravios de los que no se ha pedido perdón.

Mucho  hay de cierto en sus agravios: los catalanes proveen el 25% de la recaudación fiscal de España, y recibe a cambio una participación relativamente pequeña de ese ingreso. Eso, a pesar de que pagan las tasas de impuestos más elevadas de España. Se quejan, por ejemplo, de que su gasto en salud está mal financiado porque lo que reciben del gobierno central es escaso. Y este es sólo un ejemplo.

En el debate, la argumentación que están ofreciendo los demás españoles a favor de la no secesión de Catalunya, no reconoce agravios ni busca la conciliación. En términos generales, el tono es de ataque, de demostrar sus fallas, de acusarlos de no cumplir con los mandatos constitucionales que aceptaron, por ejemplo, y de tratar de convencerlos de que la economía catalana tendría mucho que perder si se separara de la española. Hasta llegar a los argumentos intrascendentes, como la dificultad del equipo de fútbol Barcelona para mantener su nivel internacional si no jugara en la liga española.

Me da la impresión de un marido que está tratando de evitar que su esposa lo divorcie, y los argumentos  que da, fueran: que ella es bastante inútil, un tanto antipática, y que no podrá sostenerse económicamente si él no la estuviera apoyando. Por no decir, que perdería a sus amistades comunes. Yo no sé qué le parezca usted, pero a mí me parece que a esa esposa no le harían mayor impresión esos argumentos. Y algo así sucede en este debate. Algo he leído de la prensa española y no he encontrado absolutamente nada en el sentido de que a los españoles les importen los catalanes. De que los necesiten.  Nada sobre la hermandad entre los hispanos, nada en el sentido de que “nos necesitamos y que, aunque como buenos hermanos nos peleamos, en el fondo nos queremos mucho”.

Francamente, desde la lógica de los argumentos a favor de mantener la unión, parece muy difícil que Catalunya no se independice. En el fondo del debate se ven agravios, se ven rencores, puede ser que, en algún caso, hasta odio. De ambas partes. Mala base para negociar. Mala situación para lograr un acuerdo, si ambas partes no están dispuestas a perdonar y, por duro que sea, lograr en alguna medida olvidar. Que no es fácil, pero es lo único que puede lograr sanar las heridas entre las comunidades catalanas y el resto de España.

Como decía anteriormente, este no es un tema exclusivamente español. En Europa hay situaciones parecidas, si bien no tan agudas. Los lombardos en Italia, los  corsos en Francia, por poner dos ejemplos, también han expresado ideas separatistas. Y por razones históricas, culturales, y fiscales similares a las que expresan los catalanes. En la propia España, los valencianos, los gallegos y los eúskaros han expresado su necesidad de mayor autonomía o incluso de independencia. Según algunos futurólogos, en este siglo se estaría presentando en todo el mundo un esquema de zonas económicas de libre comercio, como la Unión Europea, el tratado de libre comercio de América del Norte y los tratados del Pacífico, con normativas comunes, con situaciones fiscales homologadas, y con fraccionamiento de los países en diferentes regiones autónomas. Estos futurólogos ven que, como reacción a las grandes alianzas comerciales, habría un reforzamiento de las autonomías locales. Lo cual no es tan mala idea: las alianzas entre las grandes naciones al principio del siglo XX, provocaron la Primera Guerra Mundial y en parte también la Segunda.

¿Podría ocurrir algo parecido en México? En alguna medida, las semillas ya están aquí. En concreto, esa es la postura del EZLN, buscando la autonomía para las comunidades indígenas. Y lo mismo ocurre con diversos estados donde se busca promover los "usos y costumbres" de los indígenas. Ellos también tienen agravios centenarios, de expoliación de sus tierras y sus comunidades, de desprecio y discriminación a sus culturas y lenguas, así  como  un intento que empezó con los liberales del siglo XIX para "castellanizarlos". La diferencia es que estos grupos no tienen el impacto económico que tienen los catalanes en España y, por lo tanto, para la mayoría de la población es un tema de escasa importancia.

Pero no son los únicos. También los neoloneses sienten como un agravio que ellos participan muy fuertemente en los impuestos que recauda Hacienda, y sienten que no reciben una parte proporcional de lo que entregan. En ciertas zonas del país, en los noventas, se veían en varias ciudades las pintas diciendo: "haz patria, mata un capitalino". Las mismas semillas de odio, los mismos agravios que se mantienen, podrían llevar a esa situación. En un escenario, si en los desiertos de Chihuahua y Coahuila que tienen formaciones geológicas similares a las de Texas, se hicieran descubrimientos importantes de petróleo, se rompería la dependencia que tienen los estados del norte respecto al resto del país y la tentación de independizarse sería muy fuerte.


Al final, lo que importa es que los países se mantienen unidos por lazos de cariño, de aprecio y de solidaridad entre sus diferentes comunidades. La lengua común, la historia común, incluso la religión que mayormente se profesa, no son suficientes para mantener la unión. Y, para demostración, basta ver lo difícil que ha sido unir a los países de América Latina. En España, como en México y en el resto del mundo, la unión se dará cuando todos reconozcamos públicamente que nos necesitamos los unos a los otros, que nos apreciamos los unos a los otros, que nos importa el destino de nuestras distintas comunidades. Que estamos dispuestos a hacer algo para remediar los agravios, reconocer lo que nos debemos los unos a los otros, y cultivar nuestra amistad y aprecio entre todos nosotros.