¿Porqué Cuenta Larga?

¿Porqué cuenta Larga? Los mayas tuvieron dos maneras de llevar el calendario: la cuenta corta (el año o tun) y la cuenta larga, de 144,000 días, el baktun, equivalente a 395 años y medio, aproximadamente.

Las organizaciones deberían tomar en cuenta esta filosofía. Hay decisiones de corto plazo (Cuenta Corta) y de largo plazo (Cuenta Larga). Este blog está orientado a las situaciones de largo plazo y su influencia en las organizaciones

viernes, 26 de noviembre de 2021

¿Decepcionados con la Política?

 

No deja de ser una situación rara presenciar una reunión entre personas claramente de izquierda que, al sentirse en confianza, empiezan a quejarse y a criticar, incluso de manera severa al líder de la 4T. Claro, sí esos adherentes de MORENA supieran que están ante un público que no comparte sus intereses, sería muy difícil encontrar quienes se pusieran en público en contra de quien encabeza su Movimiento. Pero, ya en privado, se encuentra uno con una profunda discordancia entre lo que esperaban de su Movimiento y lo que están recibiendo. Por supuesto, estoy consciente de que se trata de un caso aislado, pero me sospecho que empieza a darse cada vez más. Encuentra uno a izquierdistas de distintos tipos y tendencias que cada vez se distancian más de aquel a quien llevaron a la presidencia de este país.

La crítica que hacen no sólo es severa, puede ser en ocasiones tanto o más grosera que la que reciben de la autodenominada oposición. No cabe duda de que se abstienen de hacer este tipo de pronunciamientos frente a aquellos que podrían hacerles notar que ellos fueron quienes llevaron al poder a quien hoy critican. Claramente, y lo dicen de esa manera, no quieren darle armas al enemigo.

Y la verdad es que no están solos. Este mismo fenómeno se está dando entre quienes dieron su voto a los oponentes de MORENA y que ahora se dan cuenta de que estaban apoyando a grupos que no son capaces de tener propuestas sensatas y cuerdas que oponer a quienes hoy gobiernan. De que esos partidos solo son en el papel una oposición y reciben fondos de los contribuyentes para sostener sus estructuras, como si lo fueran. Pero que no están presentando verdaderas opciones, y probablemente no tuvieron nunca la capacidad de presentarlas. Mismos que se quedan callados con el mismo argumento que tienen los que apoyaron a Andres Manuel: no queremos darles armas a los enemigos ni decepcionar a quienes votaron por nosotros.

¿Y qué papel nos queda a nosotros los sin partido, los ciudadanos de a pie que estamos tanto o más decepcionados de esta clase política? ¿Debemos resignarnos al papel que los gobernantes nos han asignado desde los tiempos de la colonia, el de” callar y obedecer y no meternos en los altos asuntos del Gobierno”? Porque ese es el papel donde nos quisieran tener nuestros políticos. No cabe duda de que entre ellos se odian, pero no tanto como detestan al ciudadano que se atreve a criticar a quienes se consideran como la sacrosanta casta de los políticos, de los que participan, del “círculo rojo”, de los que se “sacrifican” por la Patria,

Yo, por lo menos, no estoy dispuesto a quedarme callado. Sé que muchísimos de mis conciudadanos están tan asqueados de la clase política que no quieren acercarse ni siquiera para criticarlos. Y eso también es un error. Como se dijo en algún tiempo, la política es demasiado importante como para dejársela a los políticos. Por otra parte, tampoco se trata de rebajarnos al nivel que tienen algunos políticos. Muchos piensan que insultar es sinónimo de criticar. Y la verdad es que el insulto no es sirve más que para un desahogo. Raramente puede tener el papel de una propuesta bien pensada y meditada. Si los políticos no tienen la capacidad de criticar sin insultar, si no pueden sumar y encontrar un terreno común, si son incapaces de hacer propuestas valiosas, alguien debe de tomar ese papel. y para hacerlo debemos de debatir, de cuestionar, de proponer y atrevernos a equivocarnos. Que muchas veces una equivocación de buena fe abre el camino para propuestas muy valiosas.

¿Estamos decepcionados? Mucho. No vemos con facilidad una salida al estancamiento que estamos viviendo y del cual la clase política no se está dando cuenta. Por supuesto. Si suena como que estoy amargado es porque estoy amargado. y sospecho que no soy el único. Estoy consciente de que esta amargura no construye. pero que el silencio. la abstención, el tratar de evitar hacer daño a las escasísimas propuestas que recibimos, nada de ello nos da la solución. Que muy probablemente no será una solución única ni procederá exclusivamente de algunas de las posiciones políticas. Hay que examinar las situaciones, hay que debatir, hay que encontrar razones y propuestas. Que nuestra sociedad se muere de angustia por falta de planteamientos.

Antonio Maza Pereda

 

viernes, 19 de noviembre de 2021

Revocación de mandato, ¿Sí o no?

Sin duda el gran tema político del 2022 será la revocación de mandato, que se pondrá a votación el próximo año. Claro, salvo que ocurra algo realmente extraordinario, cómo podría ser un recrudecimiento de la pandemia o algún otro asunto igualmente impactante. Pero, salvo algo realmente fuera de lo ordinario, deberíamos de aceptar el hecho de que la votación sobre la revocación del mandato se llevará a cabo.

Encuentra uno a ciertos sectores de la oposición que se oponen a esta votación; incluso que están llamando a boicotearla. Lo cual no deja de tener algo de raro. Si realmente los políticos opositores estuvieran totalmente ciertos de que sus pronunciamientos están haciendo eco en la mayoría de la población, seguramente estarían impulsando con todas sus fuerzas esta revocación de mandato. Pero no es así: están apostando a que la votación sea tan pequeña que cualquier resultado que se obtenga no será vinculante. Buscan que sea irrelevante.

Tal parece que la jugada es evitar las consultas ciudadanas, que sin duda nos dan la posibilidad de tomar decisiones fuera de la estructura tradicional de los partidos y devolverles el poder a los simples ciudadanos, a los “sin poder” como lo describía Vaclav Havel.

Curiosamente, y en contra de lo que se creería la intención de la actual administración, tal parece que la 4T está jugando mañosamente a dar la apariencia de que quiere la votación sobre la revocación de mandato y que el resultado sería a su favor. Pero, en la práctica, están poniendo todas las condiciones para que la participación ciudadana sea la menor posible. Por ejemplo, reduciendo el presupuesto al Instituto Nacional Electoral, para que no haya manera de que se lleve a cabo la mencionada consulta, no pudiendo instalar todas las casillas necesarias y que no haya recursos suficientes para promover de una manera amplia una nutrida participación.

Opino que hay que participar. Qué debemos de hacer todo lo necesario para influir en la medida de nuestras capacidades, para que todos nuestros conciudadanos formen parte de esta consulta. Necesitamos fortalecer la capacidad ciudadana y ampliar la participación, la discusión de los asuntos políticos. Nada bueno nos puede traer la abstención ciudadana.

Si la oposición tiene certeza de las campañas que han estado organizando contra administración de Andrés Manuel están funcionando, no resulta congruente que estén operando para que la participación sea la mínima y los resultados no sean vinculantes. Claramente, la imagen que están dando a la ciudadanía, es que ni siquiera ellos mismos se creen sus propios argumentos y mucho menos creen que estén convenciendo a la ciudadanía. sobre todo, a las clases sociales mayoritarias.

Por otro lado, los adherentes a las 4T deberían estar aprovechando la oportunidad para hacer de esta consulta ciudadana un plebiscito a favor del presidente López Obrador. Si de veras creen que la ciudadanía está con ellos, si tienen la certeza de que verdaderamente están favoreciendo a la población y sobre todo a las clases mayoritarias en los aspectos socio económicos, debería estar ocurriendo que en este momento todos estuvieran organizando una gran campaña, de manera que asegure la expresión de las mayorías que, constantemente, nos están diciendo que están a su favor.

Porque es claro que ellos no tienen esa certeza: saben que ellos no ganaron en el 2018, que lo que ocurrió fue que la oposición perdió. Que la agrupación de tres corrientes políticas no fue suficiente para detener el empuje de Andrés Manuel. Y por más que las encuestas avalen que la mayoría de la población sigue estando con el presidente, se ve con claridad que no quieren tomarse el riesgo de que vuelva a ocurrir lo que pasó en el año 2021, en donde perdieron la mayoría calificada que ahora solamente pueden mantener a través de las alianzas, cada vez más costosas, que sus aliados les están imponiendo.

Ante esta clase política de todos los signos que está actuando para conservar su imagen, los ciudadanos sin partido, la inmensa mayoría de la población, deberíamos estar enfocando nuestros esfuerzos en una de las consultas ciudadanas más importantes de los últimos tiempos. Y me atrevo a decir que lo menos importante es cuál será el resultado. Porque si esto sigue como hasta ahora, el único es posible es que siga López Obrador, porque no importa cuál sea el resultado de esta consulta, no será vinculante. Por cuanto la actual administración seguiría igual, gane o pierda. Y en los hechos se perderá el fortalecimiento de un sistema tan necesario como lo es la consulta ciudadana. Una consulta que, por supuesto, deberá de reunir todos los requisitos de credibilidad que hemos tenido en los últimos años y que impidió que los contrarios al actual presidente pudieran torcer los resultados que lo pusieron en el puesto.

Al final todo se reduce a resolver la pregunta más importante que la ciudadanía debe resolver: ¿queremos auténtica democracia, una democracia sin adjetivos, una democracia inobjetable o queremos seguir haciendo como que tenemos democracia y conformarnos con dar una imagen relativamente presentable a la comunidad internacional? Ese es el gran tema de la consulta ciudadana y es el que a todos debería importarnos.

viernes, 5 de noviembre de 2021

El bono de la pandemia

 



En algunas situaciones se habla de un bono, que obtienen las naciones por las circunstancias en las que viven. Un ejemplo es el bono demográfico que, se dice, México debe de tratar de aprovechar. Este bono consiste en que, a pesar de muchas décadas de insistencia por limitar el crecimiento de la población, en México todavía se tiene una estructura demográfica mucho más joven que la que tienen la mayoría de los países desarrollados. Y esto, que en un principio se consideró como un problema, ahora se considera como un bono. Un beneficio que nos permite tener ventaja frente a otras naciones que sí siguieron al pie de la letra el llamado a limitar el crecimiento de la población.

En una circunstancia totalmente diferente, ahora podemos hablar del bono de la pandemia. Un bono que algunas sociedades podrían aprovechar. Tal vez sea demasiado pronto para evaluar dicho bono.  De hecho, en comparación con otras pandemias, algunas de las cuales han durado hasta un siglo, esta es una pandemia relativamente breve. O eso esperamos. Sin embargo, sí se puede especular con bastantes bases respecto a los cambios sociales que nos está trayendo el aislamiento que la pandemia nos ha impuesto.

A riesgo de no ser exhaustivo, se me ocurren algunos cambios sociales que ya están ocurriendo:

·       Una austeridad un tanto forzada, impuesta por el aislamiento. La mayoría de la clase media ha reducido sus gastos, se ha alejado de su proverbial consumismo, algunos por la reducción de sus ingresos y otros simplemente por el hecho de que al visitar menos al comercio se ha reducido su gasto. Alguna parte de la clase media, sobre todo aquella que todavía tiene ingresos gracias a que puede trabajar remotamente, se ha dedicado a reducir sus deudas. Y la mejor prueba de ello es la insistencia de los bancos por ofrecer tarjetas de crédito con mejores condiciones, en una campaña que ya resulta un tanto pesada. Claramente, a los bancos no les conviene que la clase media les deba menos. Su negocio consiste precisamente en lograr que la mayor parte de sus cuentahabientes vivan en un nivel de endeudamiento que sea un buen negocio para los bancos sin que signifique que el deudor se arruine. Un equilibrio difícil, pero que muchos bancos han logrado dominar.

·       Cuidado de la salud. El temor a los contagios debidos al COVID 19 ha creado una serie de costumbres sanitarias que pueden aplicarse también a otras enfermedades. Muchos médicos, en particular los médicos pediatras, reportan un descenso importante en las enfermedades de la infancia. Habrá que ver si esta reducción se mantiene, una vez que los críos regresen a clases presenciales, o no. Sin duda las familias están tomando bastante en serio estos cuidados, No son ni con mucho la totalidad, pero sí tienen el impacto suficiente como para reducir las posibilidades de contagio de estas enfermedades por las que antes muchísimos infantes pasaban. Y no sólo ellos: los adultos, muchos de ellos justamente atemorizados por la situación de la pandemia, están tomando más en serio su cuidado personal. Obviamente, no se trata de la mayoría, pero son los suficientes como para tener un impacto en la salud pública.

·       Las familias, que en muchísimos casos tenían una preocupación por la educación de sus hijos, pero sin una participación en un tema que es su derecho y su responsabilidad, se han visto obligados a tener una participación mucho más activa en su educación. Claro, aquellos que tienen la posibilidad de una educación a distancia. Pero aún en aquellos que sólo tuvieron acceso a la educación por medio de la televisión abierta, se vieron obligados a participar en educación de sus hijos de una manera mucho más directa, por el hecho de que los niños por sí solos no podían tener suficiente capacitación como para aprovechar ese medio. Y el resultado es que muchos se dieron cuenta de que el nivel de enseñanza que se recibe en las escuelas mexicanas dista mucho de ser el óptimo. Las informaciones periodísticas sobre el bajo nivel educativo en México tuvieron muy baja penetración. Pero al tener que participar padres y madres de familia apoyando a sus hijos en la educación a distancia, se dieron cuenta tanto del escaso nivel que estaban adquiriendo sus hijos como, dolorosamente, de su escasa capacidad para poder apoyar a sus hijos en ese tema.

·       La sociedad mexicana, clara y justamente apreciada por su solidaridad, sobre todo en las tragedias, está entrando con un nuevo nivel. No sólo el apoyo en casos de crisis, sino el concepto de más largo plazo, de un soporte de manera permanente. Apoyos para despensas, a organizaciones de la sociedad civil que aportan  a causas de diversos tipos, organizaciones informales que se comunican a través de las redes sociales para proyectos muy puntuales, muy en pequeño, pero que antes no se organizaban para apoyar a sus conciudadanos. Y, curiosamente, en muchos casos no esperan a que el Gobierno haga deducibles sus donativos para decidirse a contribuir.

·       El interés por los asuntos políticos y sociales, que tradicionalmente han sido poco apreciados y atendidos por el grueso de la población, ha crecido de una manera importante. Y este interés no ha sido fomentado por la clase política tradicional: se trata de un nuevo fenómeno, en parte impulsado por las redes sociales, por el mayor acceso a la información, y posiblemente por el descontento por el desempeño con buena parte de la clase política.

·       Finalmente, un pequeño pero interesante crecimiento en la expresión de conceptos religiosos. Tal vez por el miedo como diría algún marxista, tal vez por el agradecimiento de haber salvado algunas situaciones difíciles, pero ya es notable en algunos ambientes  que las expresiones religiosas, que en otro momento se consideraron como de mal gusto, están dándose cada vez con mayor libertad.

¿Serán duraderos estos cambios? Es muy difícil decirlo. Los cambios sociales no ocurren tan rápidamente: con frecuencia se tardan décadas para que un cambio social se consolide. Pero, por otro lado, esta pandemia viene en un momento particular de la historia, en el cual tenemos un nivel de comunicación mucho más extenso y mucho más actualizado de lo que tuvimos en ninguna época de la humanidad. Y eso podría acelerar este cambio.

Podría ocurrir que una situación que dure entre 5 y 10 años provoque cambios permanentes. Pero sólo el futuro nos lo dirá. Bien puede ser que, una vez vencida la pandemia, la sociedad vuelva a sus costumbres anteriores. Se dice, y creo que es cierto, que la pandemia ha descubierto temas negativos que no se trataban, ha hecho visibles situaciones que anteriormente se ignoraban. Pero también es cierto que la propia pandemia ha puesto de relieve situaciones sociales muy positivas de las que no teníamos conciencia. Ojalá podamos aprovechar este bono que la situación nos ha dado.

Antonio Maza Pereda