Un año más. Diferentes asociaciones de mujeres nos recuerdan el Día Internacional de la Mujer. Una conmemoración madura, en el fondo más fuerte, con menos destrozos y una vez más con una reacción tibia de las autoridades y de una parte importante de la Sociedad. Obviamente es muy difícil medir el resultado de este tipo de actividades. En el año que ha pasado desde la anterior conmemoración, han aumentado las denuncias. También las solicitudes de calificar las agresiones como intentos de feminicidio. Hay un sentimiento generalizado entre muchas mujeres de que el asunto no avanza o, por lo menos, no lo hace a la velocidad que debería. No faltan quienes culpan a la pandemia del agravamiento de estas situaciones y también los que minimizan el asunto considerando que es un tema de la clase media aspiracionista y de las fifís.
¿Podemos decir, en serio, que ha habido un avance? El consenso es que no es así. Que la pandemia exacerbó la situación al mantenernos forzadamente en una relación más frecuente de lo normal, y que no se está haciendo lo suficiente. Ahora se habla más del tema: en los medios, en la agenda pública, y en el sentimiento de la Sociedad. Pero, la gran duda es: ¿hay una mejora efectiva?
Cómo es de esperarse, las facciones políticas han
reaccionado con
su tradicional falta de imaginación. No
se les ocurre nada más que aumentar las penas por los distintos delitos, proponer
una homologación de los códigos penales para asegurar que en todos los Estados traten
del mismo modo los casos de violencia contra la mujer y feminicidio, la ampliación de este concepto para asegurar
que pueda haber penas más severas. Pero... el gran tema es la impunidad. De ser
cierto lo que se está diciendo: que sólo el 10% de los casos de violencia
contra la mujer se denuncian y que de los denunciados sólo el 10% llega algún
tipo de sentencia absolutoria o condenatoria, el tema de las penas resulta ser
irrelevante. Sí: cuando acaso te denuncian, si rara vez las autoridades te
ubican y si tienes una condena, tu situación sería peor. Pero ¿cuál es la
probabilidad de que eso te ocurra? Mientras haya este nivel de impunidad, de
poco sirven las penas más severas. Esto no es un aspecto meramente teórico. En
la práctica está demostrado que el endurecimiento de las condenas no está
funcionando.
Claramente necesitamos una solución de fondo y tristemente no tenemos todavía una buena propuesta. Es muy poco probable que logremos un acuerdo entre los machistas y las feministas para mejorar la situación. Lo que necesitamos es un acuerdo de mujeres y hombres de buena voluntad, con una idea de colaboración para construir conjuntamente el tipo de solución que la Sociedad requiere y abandonar el concepto de ganar-perder qué es el que ha dominado la escasa discusión que ha habido sobre este tema. De nada están sirviendo las declaraciones ni los razonamientos más o menos lógicos. Tampoco están funcionando los señalamientos, la confrontación y la polarización. Tenemos que lograr el convencimiento de que a todos nos conviene lograr una solución mucho mejor que las que actualmente tenemos en el panorama. Tenemos que reconocer los hombres que no hemos hecho lo suficiente. No basta con declarar nuestro apoyo a las mujeres. También será importante tener claro que siempre habrá quien se oponga, desde ambos lados, a que lleguemos a un entendimiento. Porque hay a quienes les ha beneficiado la situación, la injusta situación actual contra las mujeres. También ha habido algunas mujeres, muy pocas por cierto, que han logrado beneficiarse con sus posiciones anti patriarcales. Habrá que reconocer que hay que construir un camino de solución, que vaya logrando avances parciales y que deberá aceptar retrocesos, consolidar mejoras y recomenzar. Evaluar y reconocer los daños que hay que enmendar. Hay que admitir que no tenemos soluciones probadas, que no hay antecedentes claros que podamos aplicar inmediatamente. Más allá de las actitudes simbólicas de pedir disculpas, estar dispuestas a otorgar perdón, de crear comisiones de la verdad y otras supuestas soluciones, no hay mucho que decir. Tendremos resultados cuando mujeres y hombres de buena voluntad, logremos hacer equipo, reunir y hacer colaborar a nuestras mejores mentes y estar dispuestos a trabajar de tiempo completo para lograr propuestas que a la Sociedad le hagan sentido.
Hace tres años, escribía yo lo siguiente: “La gran pregunta, creo yo, es si los demás, la Sociedad en su conjunto, mujeres y hombres entenderemos el mensaje y dejamos claro que en una sociedad civilizada no podemos aceptar el horror de la violencia contra las mujeres, de todos los niveles de gravedad, en todos los niveles socioeconómicos y en todos los culturales. Que no quede en anécdota. Que no quede como materia prima para chistes y memes. Que lo tomemos en serio y actuemos en consecuencia”.
Tres años después, yo sigo pensando igual.
Antonio Maza
Pereda
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